Benegas, reelegido secretario general de los socialistas vascos

José María Benegas fue reelegido secretario general de los socialistas vascos en el cuarto congreso del Partido Socialista de Euskadi-PSOE, clausurado ayer en Bilbao. La lista encabezada por Benegas obtuvo una ligerísima ventaja respecto a la candidatura alternativa, a cuyo frente figuraba Ricardo García Damborenea. Este, nada más comunicarse el resultado del escrutinio, abrazó al reelegido y aseguró que, una vez que el congreso se había pronunciado, "nadie está legitimado para poner en cuestión a la nueva dirección del partido".

Hasta última ahora, delegados afines a ambas candidaturas...

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José María Benegas fue reelegido secretario general de los socialistas vascos en el cuarto congreso del Partido Socialista de Euskadi-PSOE, clausurado ayer en Bilbao. La lista encabezada por Benegas obtuvo una ligerísima ventaja respecto a la candidatura alternativa, a cuyo frente figuraba Ricardo García Damborenea. Este, nada más comunicarse el resultado del escrutinio, abrazó al reelegido y aseguró que, una vez que el congreso se había pronunciado, "nadie está legitimado para poner en cuestión a la nueva dirección del partido".

Hasta última ahora, delegados afines a ambas candidaturas intentaron un acuerdo que impidiera la presentación de listas alternativas. Benegas ofreció a Damborenea figurar en su candidatura en condición de vicesecretario general. Se sobreentendía que, dada la dedicación del primero a la secretaría de organización de la ejecutiva federal, el segundo sería en la práctica de cada día el dirigente número uno del partido en Euskadi.El acuerdo propuesto sería válido, por lo demás, hasta las elecciones legislativas de 1986 -y el congreso extraordinario del PSE-PSOE que seguirá probablementa a aquéllas-, tras las que Damborenea asumiría ya formalmente la dirección de la ejecutiva vasca.

En un clima bastante tenso, los valedores de Damborenea -la mayoría de los delegados vizcaínos, y en particular los dirigentes locales de la UGT- rechazaron cualquier fórmula de ese tipo. Advirtieron que en ningún caso votarían cualquier candidatura que no fuera encabezada por su líder.

El propio Damborenea declaró, tras la clausura, que aunque él no tenía interés particular por el cargo, se había visto obligado a rechazar el acuerdo porque así lo habían exigido las agrupaciones que habían propuesto su nombre.

Así las cosas, las votaciones para elegir los representantes de Euskadi en el comité federal del PSOE dieron una primera pista sobre la auténtica relación de fuerzas entre los delegados. Los candidatos afines a Benegas obtuvieron el 53% de los votos y se quedaron en el 41% los del otro sector.

Una ligera disminución del número de abstenciones hizo que la votación decisiva, la de los miembros de la nueva ejecutiv.,i de Euskadi, diera la victoria a la lista de Benegas, que obtuvo el 54,7% de los votos, frente al 42,3% de la otra candidatura.

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Jáuregui, presidente

El actual delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, Ramón Jaúreguí, será el nuevo presidente del partido. Sustituirá en el cargo a Eduardo López Albisu, que figuraba en la lista de Damborenea. Juan Manuel Eguiagaray, habitual portavoz del grupo socialista en la Cámara vasca y principal artífice del pacto con el Gobierno vasco, ostentará en adelante la condición de vicesecretario general, por lo que será probablemente en el período inmediato, la principal figura del partido en el País Vasco.

En la nueva ejecutiva figuran también Fernando Buesa, Enrique Antolín, Ana Miranda, José María Díez, José Antonio Maturana, Rosa Díez, José Luis Ibáñez, José Ramón García, Javier Rojo y Carlos García.

El éxito de su gestión dependerá ahora, en gran parte, según la impresión dominante ayer entre los delegados, de la actitud que adopte la organización -del partido en Vizcaya, que agrupa a más afiliados que el conjunto de las otras dos provincias de la comunidad autónoma, y en la que el liderazgo de Damborenea es incuestionable.

El gesto conciliador de este último con que se cerró el congreso, así como su frase según la cual "una vez que Roma ha hablado, se acabaron las disputas", no bastaron para disipar los temores de quienes piensan que en la división surgida en este cuarto congreso han intervenido factores como la pugna larvada entre la dirección de UGT y la cúpula del Gobierno.

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