Crítica:

Hoteles y piratas

Las películas con niño acostumbran a ser temibles. En El capitán pirata no hay uno solo sino varios retoños, muy en la línea de los relatos de aventuras de E. Blyton.Su encanto es muy relativo, sobre todo ahora, en un momento en que las ficciones juveniles van por otros derroteros, menos utópicos y poéticos, adjetivos que habría que matizar añadiéndoles la sospecha de su falsedad.

La cinta de Claude Whatham es una versión moderna de las películas de piratas, algo así como la concreción de unos sueños infantiles. Su reparto, encabezado por Ronald Fraser y Virginia McKenna, es la m...

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Las películas con niño acostumbran a ser temibles. En El capitán pirata no hay uno solo sino varios retoños, muy en la línea de los relatos de aventuras de E. Blyton.Su encanto es muy relativo, sobre todo ahora, en un momento en que las ficciones juveniles van por otros derroteros, menos utópicos y poéticos, adjetivos que habría que matizar añadiéndoles la sospecha de su falsedad.

La cinta de Claude Whatham es una versión moderna de las películas de piratas, algo así como la concreción de unos sueños infantiles. Su reparto, encabezado por Ronald Fraser y Virginia McKenna, es la mejor garantía para una posible sorpresa de El capitán pirata, sin duda menos violenta y dura que las películas programadas para cubrir el compromiso juvenil de los sábados por la tarde.

El capitán pirata se emite hoy a las 16

00 horas; Intriga en el gran hotel se emite hoy a las 22.50 horas; ambas por TVE1.

En Sábado Cine, es decir en la proyección nocturna encargada de proporcionar a TVE sus máximos índices de audiencia, se emite Intriga en el gran hotel, de Richard Quine, un cineasta que en aquellas fechas (1967), aún figuraba como una de las esperanzas de renovación de la comedia norteamericana. Que fuera un espejismo lo corrobora el reparto, esa lista de nombres encabezada por Rod Taylor y Karl Malden y acabada en el de los veteranos Melvyn Douglas o Merle Oberon.

Se trata de un remake de la célebre Gran hotel (1932), de Edinund Goulding, un vehículo pensado para el lucimiento de Greta Garbo y organizado a partir de la trama convencional de una novela de Vicky Baum, en la que el hotel es un microcosmos en el que se dan cita distintas tranches de vie.

En Intriga en el gran hotel, el punto de la novela que sirve de base es de Arthur Hailey y el resultado es menos que discreto. No en vano la época dorada de los grandes estudios queda ya demasiado lejos y a las películas modernas se les exige una mayor dosis de de realismo.

Esta película sirvió de piloto para una serie de televisión, de corte melodramático, de acción siempre situada en el mismo lujoso pero problemático hotel de Nueva Orleans, y con James Brolin sustituyendo a Rod Taylor en el papel de esforzado gerente.

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