Luis: "Se subestima a la plantilla delo Atlético"

Luis Aragonés vuelve a ser el entrenador de moda. Como cada año, cuando la segunda vuelta del campeonato de Liga echa a rodar. Una moda que ya es costumbre en las últimas tres temporadas y en un equipo, el Atlético de Madrid, con graves problemas económicos, con una particular y rara idiosincrasia, con un plantel que muchos definen como discreto, sin seleccionables actualmente para Miguel Muñoz, y que, sin embargo, es capaz de hacer inclinarse a Arconada cuatro veces en Atocha e ir ya segundo tras superar al Madrid. Luis lo tiene claro: "La gente subestima a la plantilla del Atlético".

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Luis Aragonés vuelve a ser el entrenador de moda. Como cada año, cuando la segunda vuelta del campeonato de Liga echa a rodar. Una moda que ya es costumbre en las últimas tres temporadas y en un equipo, el Atlético de Madrid, con graves problemas económicos, con una particular y rara idiosincrasia, con un plantel que muchos definen como discreto, sin seleccionables actualmente para Miguel Muñoz, y que, sin embargo, es capaz de hacer inclinarse a Arconada cuatro veces en Atocha e ir ya segundo tras superar al Madrid. Luis lo tiene claro: "La gente subestima a la plantilla del Atlético".

El manual del buen entrenador consta de tres partes, según Luis. A saber: "Debe tener conocimientos técnicos, físicos y psicológicos". Psicología: aspecto tan básico para el técnico de Hortaleza porque "hay que saber llevar a un grupo, de personas que, por lógica, son muy distintas en sus pensamientos y en sus formas de ver las cosas dentro y fuera del césped".Y a ello se lanzó hace tres temporadas Luis con la misma convicción de saber que es tan preciso "insistir una y otra vez con un sistema de juego acorde a las características de la plantilla" como "dialogar, participar, ser uno más en los problemas de todo tipo, económicos también, por supuesto, que se olvidan cuando se salta a un campo de fútbol, pero que no son los idóneos para el equilibrio en la convivencia diaria. Hablamos siempre de todos los problemas que existen y procuro hacer ver en los momentos de mayor tensión que el presidente y la junta directiva se mueven, que buscan salidas y que, aunque con retrasos por la situación del club, siempre procuran cumplir".

Luis opina: "El entrenador debe ser el malo de la película, soportar el mal humor de algunos jugadores, habitualmente los que no juegan, porque es así; es como una especie de ley del banquillo. Pero tiene que evitar las críticas entre los propios compañeros porque eso sí que crea mal ambiente". Por ello, hace poco, sin multas ni nada por el estilo, le hizo ver a Marina que unas declaraciones del jugador habían sido negativas para esa armonía y convivencia que busca basada en el diálogo. "Eso lo he hecho con Marina y con el resto de los jugadores".

Para iniciar una tarea de este tipo había que rodearse de la gente adecuada. Luis llevó al Atlético a Ángel Vilda de preparador físico -lo de Vilda y sus métodos programados es un caso aparte- y a Jesús Martínez Jayo como ayudante. El resto podía resultar más fácil de poner en práctica porque "conocía a casi todos los jugadores desde juveniles. Por ello, sé de su calidad".

Aunque costó también adaptarlos a un fútbol raso, de desmarque, de primer toque, que, desde luego, no siempre sale. Está en su papel cuando asegura: "A la plantilla del Atlético se la subestima", aunque no quiere entrar a analizar las razones por las que ninguno de sus jugadores cuenta a la hora de las listas de la selección, Hugo Sánchez y México aparte.

Fuera tópicos

Luis se rebela contra varias cosas. Por ejemplo, contra esa especie de tradición histórica que une al Atlético con la irregularidad. "Es que eso ya no es cierto. Es un tópico". Y hace balancé. De aquella brillante etapa como jugador en activo en la que logró nueve títulos "entre Copa y Liga", a su primer paso por el banquillo del Calderón, "cuando alcanzamos una Copa Intercontinental, una Copa de España y un subcampeonato de Liga", y a esta última fase en la que entró ya en su tercer año como entrenador rojiblanco con "un tercer y un cuarto puesto en la Liga y el segundo actual de inomento". Así que, tras echar estas cuentas, Luis afirma con rotundidad: "Sonios el segundo equipo más regular de España, tras el Madrid".También se rebela contra esa mala fama de baja calidad del fútbol español: "El fútbol es igual en casi todo el mundo y eso lo puedo comprobar en los vídeos de partidos europeos y suramericanos que me llegan. Hay más igualdad y todos, directivos, entrenadores y el propio aficionado, estamos mediatizados por los resultados". Y el dinero: "Se habla mucho de lo que ganan algunos en el futbol y sólo es una mínima parte de lo que se da en otros deportes".

Fracasos decisivos

Quedan cosas negativas, por supuesto. Algunas, tan negras como las intervenciones europeas, más bien fugaces apariciones por la Copa de la UEFA, del equipo rojiblanco. Lo del Groningen, holandés, la temporada anterior, y lo del Sion, suizo, de la actual: "Aparte de algunas circunstancias adversas, el fútbol español afronta las competiciones europeas en clara desventaja con el resto de equipos porque, cuando llega la primera eliminatoria, sólo hemos jugado tres o cuatro partidos. Se debería planificar mejor la temporada: comenzar antes la Liga, en agosto, y suspenderla algunas fechas en invierno".El Atlético lleva tres años amagando, pero sin dar. Roza la lucha por el título, pero se cae en los partidos decisivos. Luis, que está en su papel, mantiene por enésima vez lo de la plantilla subestimada, aunque hay quienes, por contra, sobrevaloran el trabajo de Luis y de Vilda con la plantilla. En Cádiz, la temporada anterior, con el equipo lanzado tras Athlétic de Bilbao y Real Madrid, al Atlético le pesó la responsabilidad. En la actual perdió ya en casa ante Barcelona y Real Madrid: "No creo que falle la mentalización, aunque es cierto que, salvo Marcelino, Rubio y Hugo Sánchez, nadie más ha sido campeón. Hemos analizado esas derrotas y no debieron producirse. El Barcelona está lejos. Tenemos los pies en el suelo, pero vamos a seguir luchando".

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