La 'nueva etapa' del PSOE

La nueva etapa que se pretende abrir para el PSOE tras la celebración de su 30º congreso federal comenzará formalmente cuando, el próximo día 4 de enero, se celebre en Madrid un encuentro entre todos los secretarios regionales socialistas, convocados por el nuevo secretario de Organización del partido, Jose María Txiki Benegas. Reuniones similares tendrán lugar al menos una vez al mes, de acuerdo con los planes de la ejecutiva federal socialista.Éste es el segundo paso dado por Benegas para potenciar la labor del partido desde que asumió el cargo. El pasado viernes celebró una re...

La nueva etapa que se pretende abrir para el PSOE tras la celebración de su 30º congreso federal comenzará formalmente cuando, el próximo día 4 de enero, se celebre en Madrid un encuentro entre todos los secretarios regionales socialistas, convocados por el nuevo secretario de Organización del partido, Jose María Txiki Benegas. Reuniones similares tendrán lugar al menos una vez al mes, de acuerdo con los planes de la ejecutiva federal socialista.Éste es el segundo paso dado por Benegas para potenciar la labor del partido desde que asumió el cargo. El pasado viernes celebró una reunión formal con el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, en un intento de canalizar hacia el partido una labor de mediación entre el Gobierno y el crecientemente crítico sindicato socialista. Como marco de fondo de esta entrevista parece encontrarse el temor, privadamente expresado por algunos de los más significativos dirigentes del PSOE, de que, a raíz del 30º congreso, pueda abrirse a medio plazo una brecha entre sectores obreristas y felipistas del partido. Ls tarea prioritaria del PSOE tras el 30º congreso será, de acuerdo con dirigentes socialistas, lograr una mayor penetración del partido en la sociedad. Para ello se considera necesario separar a la mayor cantidad de cargos institucionales de las tareas de dirección y aumentar la militancía.

Dirigentes sin cargos públicos

La celebración de los congresos regionales se considera una buena oportunidad para, al menos, lograr que en las ejecutivas se sitúe un mayor número de personas sin cargos en la Administración y, por tanto, con más capacidad de dedicación a las tareas partidarias. Se calcula que más de la mitad de los militantes que han pasado a ocupar cargos ínstitucionales tienen, a la vez, responsabilidades de dirección a distinto nivel en el PSOE.

La salida de la ejecutiva federal de los miembros de ésta que ocupaban altos cargos en la Administración, decretada en el 30º congreso, sería un primer ejemplo de algo que se trata de generalizar en todos los escalones de la organización socialista.

Sin embargo, el propio secretario de Organización se enfrenta, de hecho, con tareas difícilmente compatibles, dado el papel clave que Benegas ha venido jugando hasta ahora en la negociación con los nacionalistas en el País Vasco. La celebración del congreso regio nal del Partido Socialista de Euskadi-PSOE, en marzo, despejará la incógnita de si Benegas ha podido, en el tiempo que resta hasta entonces, simultanear su difícil papel de secretario general del PSE con la Secretaría de Organización. El presidente del Gobierno y se cretaño general, Felipe González, parece apostar, con la designación de Benegas como número tres de hecho en la ejecutiva federal, por las posibilidades de que éste compatibilice las dos funciones.