Cuarta jornada de la segunda fase de la Liga de baloncesto

El Joventut hizo sufrir al Barça hasta el último segundo

Ron Negrita Joventut y Caja de Álava estuvieron a punto de protagonizar dos sorpresas importantes. El Barcelona necesitó una canasta de tres puntos para doblegar al Joventut, que resistió todo lo que pudo, y el Real Madrid tuvo en un tiro de Fernando Martín a falta de 30 segundos para el final del partido la solución a un encuentro en Vitoria. En la Al, ya solamente están imbatidos Real Madrid y Barcelona, pero el día de Reyes, uno de los dos perderá. El Fórum Filatélico parece haber gastado todas sus energías y cuenta sus encuentros en esta fase por derrotas. El tercer equipo imbatido es el E...

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Ron Negrita Joventut y Caja de Álava estuvieron a punto de protagonizar dos sorpresas importantes. El Barcelona necesitó una canasta de tres puntos para doblegar al Joventut, que resistió todo lo que pudo, y el Real Madrid tuvo en un tiro de Fernando Martín a falta de 30 segundos para el final del partido la solución a un encuentro en Vitoria. En la Al, ya solamente están imbatidos Real Madrid y Barcelona, pero el día de Reyes, uno de los dos perderá. El Fórum Filatélico parece haber gastado todas sus energías y cuenta sus encuentros en esta fase por derrotas. El tercer equipo imbatido es el Estudiantes, sorprendente en el inicio de esta segunda fase, y que ayer derrotó al Cajamadrid. El Estudiantes manda destacado en el grupo A-2, haciendo disfrutar a toda su demencia. Por otra parte, Collado Villalba parece encaminado al descenso, mientras el Caja de Ronda entra en una difícil situación.Como América. Igual que América. Antes, hace algunos años, debíamos de conformarnos con lo que veíamos por televisión. Con aquellos gigantes haciendo cosas increíbles, tapones, pases al infinito o espectaculares males de película. Ahora, los nuestros ya lo han aprendido casi todo. E, incluso, fueron capaces de codearse con esos gigantes en el mismísimo Los Angeles. El Barcelona-Joventut de anoche fue eso, un espectáculo. Más que un partido de baloncesto fue un show, una fiesta, una forma como otra cualquiera de hacer disfrutar a la gente. Ganó el Barcelona porque fue quien dominó durante casi todo el partido, pero al Joventut le quedó el consuelo de perder en los últimos 20 segundos. Y la provocación de ese suspense, en un Palau Blugrana repleto hasta el techo, fue el premio para una Penya que, pese a colocarse 11 puntos por abajo a 6.43 del final, no dio su brazo a torcer hasta los últimos segundos.La primera parte concluyó con ventaja del Barça por 56-50. Los marcajes individuales -hubo otro tipo de defensas, pero, fundamentalmente, se defendió individualmente- facilitó el espectáculo, al forzar a los protagonistas a estar pegaditos, unos con otros, codeándose. El caso es que, después de unos primeros minutos inciertos, en los que gente como Maragall (0 de 3, en 5 minutos) y Epi, que logró su primera canasta a los cinco minutos, no acababan de encontrarse en la pista, el Joventut aguantaba el tipo. Ese juego incierto era completado con todo tipo de movimientos circenses. Howard cogía el balón como si se tratase de una pelota de tenis, Davis se movía como King-Kong por la botella, Sibilio tenía ganas y Solozábal intentaba entradas sinuosas.

Y fue, precisamente, un mate de Howard lo que provocó el delirio en el Palau, pues el Barça se iba 28-22. Frente a todo este despliegue azulgrana -Howard llegó a colgarse del tablero, en el 36-28-, el Joventut utilizaba la rapidez en sus contragolpes -Serra no cesó de pedir a sus jugadores que, tras el ataque, regresaran rápidamente atrás- para no perder el rumbo. Parecía que iban a perder, sabían que era muy difícil ganar, pero ellos no quitaban nunca la cara y, pese a que Schultz no era el del partido de Copa, el Barça se dio cuenta de pronto (a 4.03) que perdía 41-42. El coraje azulgrana hizo el resto hasta el 56-50.

Luego, en la segunda parte, Schultz y Villacampa se colocaron rápidamente con cuatro personales y el Barça se fue de 10 (85-75) a 9.55 del final. Por si no era suficiente, Seara sustituyó a Solozábal y empezó de forma fulgurante (3 de 3), llegando el Barcelona a 11 puntos de ventaja (92-81 a 6.43 del final). Pero la hormiguita badalonesa seguía trabajando para el final invernal. Las personales de Epi y las actuaciones incomprensibles de Davis provocaban el despiste azulgrana, mientras Maragall y Jiménez seguían haciendo de las suyas. De pronto, 98-98. Faltaban todavía 2.31. E incluso al 102-102. Como en América. Ganó el Barça, pues Sibilio marcó entonces una canasta de tres puntos.

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