GENTE

John McEnroe,

el tenista norteamericano, no resultó excesivamente simpático a Susanna Pichl, una niña sueca de 11 años encargada de recoger las pelotas de tenis en el estadio de Gotemburgo, mientras el campeón disputaba la Copa Davis. Susanna Pielil, junto con una veintena de niños de edad similar, trabajó esta semana en el estadio de Gotemburgo alcanzando las pelotas a los tenistas participantes. Susanna tuvo como única retribución un par de zapatos, pantalones cortos y una blusa con un anuncio publicitario, además de la entrada, claro está. A pesar de la insignificancia de la ayuda económica, la ta...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

el tenista norteamericano, no resultó excesivamente simpático a Susanna Pichl, una niña sueca de 11 años encargada de recoger las pelotas de tenis en el estadio de Gotemburgo, mientras el campeón disputaba la Copa Davis. Susanna Pielil, junto con una veintena de niños de edad similar, trabajó esta semana en el estadio de Gotemburgo alcanzando las pelotas a los tenistas participantes. Susanna tuvo como única retribución un par de zapatos, pantalones cortos y una blusa con un anuncio publicitario, además de la entrada, claro está. A pesar de la insignificancia de la ayuda económica, la tarea exige mucha concentración, especialmente cuando participa el norteamericano John McEnroe, quien, según comenta Susanna, "nunca dice gracias cuando una le alcanza la pelota y siempre está resoplando y enejado". "Me ponía muy nerviosa", añadió la niña.

Archivado En