Primera División: sólo ganaron el Barcelona y el Real Madrid

El escándalo se rozó en Sevilla

El partido de ayer en Sevilla es de los que quitan afición a este deporte. Sin duda, el momento clave fue el primer cuarto de hora, cuando Sebas, sin balón, le dió una tarascada a Francisco. El internacional sevillista hubo de ser sustituido minutos después, pero en el campo quedó la huella de las brusquedades que se generalizaron por parte del Murcia durante ese periodo, y en ambos, en la segunda mitad. Como colofón, Ferrer, el cancerbero visitante, tuvo que ser sustituido tras el golpe sufrido por un objeto lanzado desde la grada.El colista vino a defender el resultado y se salió con la suya...

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El partido de ayer en Sevilla es de los que quitan afición a este deporte. Sin duda, el momento clave fue el primer cuarto de hora, cuando Sebas, sin balón, le dió una tarascada a Francisco. El internacional sevillista hubo de ser sustituido minutos después, pero en el campo quedó la huella de las brusquedades que se generalizaron por parte del Murcia durante ese periodo, y en ambos, en la segunda mitad. Como colofón, Ferrer, el cancerbero visitante, tuvo que ser sustituido tras el golpe sufrido por un objeto lanzado desde la grada.El colista vino a defender el resultado y se salió con la suya pese al evidente cansancio de que hizo gala en la segunda mitad, pero también jugó a su favor el escaso poder resolutivo de los jugadores del Sevilla. Toda la segunda mitad fue de intenso dominio de los hombres de Manolo Cardo, que la víspera decía que había que defender con uñas y dientes lo que tanto trabajo costaba conseguir fuera de casa. El Murcia demostró desde el primer minuto que su cerrojo iba a ser constante y dejó al contraataque cualquier veleidad ofensiva. Solamente hizo un disparo a puerta, de Guina, y dos faltas directas de Figueroa, una atinada y otra a romper.

El ataque sevillista estuvo cojo por una banda, aquella por la que corría Alvarez II, y en el centro, porque Magdaleno se dedicó más a protestar que a buscar el remate. Los planes del entrenador se vieron truncados por la lesión de Francisco, pero Ruda cubrió el expediente y, sin mucha oposición en la zona ancha, el Sevilla lanzó bien los balones hacia su vanguardia, desde Montero hacia Moisés.

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