NECROLÓGICAS

Pierre Kast, realizador de cine

A la edad de 65 años ha muerto el realizador cinematográfico francés Pierre Kast mientras rodaba una versión de la novela de Boris Vian, La hierba roja. El fallecimiento se produjo mientras era trasladado a París desde Roma en un avión-hospital y pocas horas antes de la muerte de François Truffaut. Pierre Kast era un cineasta polifacético. Como crítico de cine colaboró en Action, perfilándose como uno de los más importantes de los años cincuenta, lo que le llevó a convertirse en uno de los fundados de Cahiers du Cinema. Ello no le impidió ser, asimismo, asiduo firmante de ...

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A la edad de 65 años ha muerto el realizador cinematográfico francés Pierre Kast mientras rodaba una versión de la novela de Boris Vian, La hierba roja. El fallecimiento se produjo mientras era trasladado a París desde Roma en un avión-hospital y pocas horas antes de la muerte de François Truffaut. Pierre Kast era un cineasta polifacético. Como crítico de cine colaboró en Action, perfilándose como uno de los más importantes de los años cincuenta, lo que le llevó a convertirse en uno de los fundados de Cahiers du Cinema. Ello no le impidió ser, asimismo, asiduo firmante de las revistas Positif y L'écran français, aunque representaban una orientación diferente.Como ayudante de dirección trabajó a las órdenes de Gremillon Clement, Renoir y Preston Sturges. Como organizador, dirigió la cinemateca francesa durante algunos años y trabajó en la ordenación cinematográfica de Chile y Brasil. Como director de cine, se adelantó a la Nouvelle vague con su primera película Un amor dupoche (1947), historia fantástica en la que un investigador reduce de tamaño a la alumna que -ama y la conserva siempre en su bolsillo.

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Sin embargo, no fue un hombre conocido. Tan discreta como su vida profesional ha sido su muerte, enterrado doblemente por su coincidencia con el fallecimiento de Truffaut, de la misma forma que los éxitos de éste eclipsaron las posibilidades renovadoras de Pierre Kast. La falta de audiencia se prolongó por casi toda su filmografia, aunque esta no alcanzara más que once largometrajes en 30 años.

Acusado por cierto público de intelectual y, por lo tanto, de hermético, solo encontró cierto éxito en el terreno de la crítica, aunque buena parte de esta le acusara de frío y artificial. Aunque en su obra, no estrenada en España, existe siempre el regusto de lo inesperado, solo en el campo del cortometraje obtuvo sus merecidos galardones. Entre ellos destacan los que se referían al mundo del arte (Mujeres del Louvre en 1951, Lecorbusier, en 1956 y Los desastres de la guerra, en 1951, inspirado en las pinturas de Goya) Son documentos transformados en clásicos.

Su dificultad para mantener una regularidad en la filmación de largometrajes le inclinó en los últimos años por el mundo de la novela, en el que ha logrado los éxitos que el cine no le permitió. Las biograrias del cardenal de Bernis y de Tiberio fueron los temas que el cineasta noveló. Curiosamente algunos de los críticos que valoraron positivamente dichos textos, les encontraron "notables influencias cinematográficas.

Más información en la página 33

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