Crítica:El cine en la pequeña pantalla

La degradación del sábado

¿Qué pasa últimaniente con la programación de cine en televisión los sábados? Se dice que la norma es más o menos ésta: orientar la sesión de la tarde hacia la audiencia infantil -y en ese caso, ¿cómo digerir la reciente programación a esahora de la dificilísima y muy adulta película de Michael Curtiz El lobo de mar?- y la sesión de la noche hacia una supuesta -la expresión es un comodín convertible en coartada- audiencia familiar, que por lo visto recibe bien producciones de puro consumo o con aires de best sellers cinematográficos del pasado. Basta c...

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¿Qué pasa últimaniente con la programación de cine en televisión los sábados? Se dice que la norma es más o menos ésta: orientar la sesión de la tarde hacia la audiencia infantil -y en ese caso, ¿cómo digerir la reciente programación a esahora de la dificilísima y muy adulta película de Michael Curtiz El lobo de mar?- y la sesión de la noche hacia una supuesta -la expresión es un comodín convertible en coartada- audiencia familiar, que por lo visto recibe bien producciones de puro consumo o con aires de best sellers cinematográficos del pasado. Basta con que conserven aureola de viejo éxito, por mediocre que sea la película -y películas mediocres con éxito en su día las hay para dar y tomar-, para que tengan cabida a esa hora televisiva de máxima audiencia.Hoy, por ejemplo, a la hora de audiencia infantil, TVE ofrece Venta por pisos, una comedia dirigida por Mariano Ozores en 1971. ¿Cree realmente TVE que este filme es el adecuado para divertir o educar a los niños en el nada fácil arte de ver cine? ¿No es su elección una manera de disuadir a esta audiencia para que deje de ver películas en la televisión o una manera de malformar sus gustos? O, de otra forma, ¿no se toma a los pequeños telespectadores de la tarde del sábado, por su capacidad crítica todavía poco desarrollada, como receptores de los rellenos de programación? Si esto es así, y lo parece, ¿no se está aplicando en una empresa estatal como TVE la misma lógica comercial que en las empresas privadas de exhibición cinematográfica, donde no hay más ley que barrer ganancias hacia adentro y cubrir el expediente sin preocuparse de la útil¡dad pedagógica y lúdica que debe tener cada minuto de televisión?

En la sesión de la noche,. y para seguir con tiralíneas la referida norma, se emite una superproducción de muy largo metraje, algo engolada y cinematográficamente tan ambiciosa como de escaso valor, La noche de los generales, de 1967, realizada por Anatole Litvak, cineasta que alcanzó la fama con su Mayerling oSueños de príncipe a mitad de los años treinta, que hizo cine de prestigio en Estados Unidos durante los años cuarenta y primeros cincuenta yque poco a poco fue derivando hacia un cine de oficio, formulario y poco imaginativo, en las décadas siguientes.

Anatole Litvak, de origen ruso, cineasta sin genio pero con buen gusto, rigor y oficio, habitualmente encargado por los estudios de asuntos de altos vuelos románticos y novelescos, especialista en temas europeos de los llamados de época, fue fugazmente considerado como el sucesor de Max Ophuls a la muerte de éste, pero lo cierto es que el lugar de este enorme cineasta le venía demasiado grande a las contadas, aunque auténticas, gotas de talento de Anatole Litvak, gotas que consumió casi enteramente en algunos filmes como Noche eterna (1947), donde Henry Fonda hizo una de sus mejores creaciones; la tensa Voces de muerte (1948), con una excepcional Bárbara Stanwyck, y el bronco melodrama, que impulsó una pequeña serie de melodramas sobre manicomios, Nido de víboras (1949). En estos filmes se resume la efimera edad de oro de este elegante y limitado cineasta.

A partir del que fue su mayor éxito, Anastasia (1956), película tan triunfante en las taquillas del mundo como pobre en calidad cinematográfica -con un oscar casi inconcebible, o concebible sólo como amaño para desagravio de la gran actriz, para una de las más flojas interpretaciones de la gran Ingrid Bergman-, la carrera de Anatole Litvak perdió por completo su norte y se encerró unas veces en ambiciosas e impotentes películas de gran mundo -como su adaptación de la novela de Françoise Sagan Aimez-vous Brahms- y otras en rutinarias superproducciones con marca de fábrica más que de cineasta, como Rojo atardecer, y esta enrevesada, pretenciosa y rocambolesca Noche de los generales, que TVE emite hoy para cubrir el expediente nocturno de la citada audiencia familiar.

Junto a la marca de fábrica, el éxito de filmes como éste se basa en las huellas, superficiales pero vistosas, que el dinero deja en la pantalla y en la sonoridad del reparto. El de La noche de los generales incluye los nombres de Peter O'Toole, Tom Courtenay, Omar Sharif, Philipe Noiret y Christopher Plummer. No se superaron a sí mismos, pero allí están, y esto, combinado con la intriga y los escenarios naturales de Varsovia, hacen soportable el sopor del filme.

Venta por pisos se emite esta tarde a las 16.05 por la primera cadena. La noche de los generales se emite esta noche a las 22.30 por la primera cadena.

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