Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Último Hitchcock inglés

Posada Jamaica fue la última película de producción británica realizada por Hitchcock y, por tanto, la última del ciclo de televisión en que se ha pasado revista a sus primeras obras. Posada Jamaica no fue una buena despedida. Él mismo la definió como "una empresa absurda": no era lógico que el malo de la historia apareciera desde el principio cuando precisamente la sorpresa del filme debía mantenerse hasta los últimos minutos, en los que debía aparecer.Es una curiosa contradicción que a Hitchcock le preocupara este elemento cuando precisámente en algunas de sus películas ant...

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Posada Jamaica fue la última película de producción británica realizada por Hitchcock y, por tanto, la última del ciclo de televisión en que se ha pasado revista a sus primeras obras. Posada Jamaica no fue una buena despedida. Él mismo la definió como "una empresa absurda": no era lógico que el malo de la historia apareciera desde el principio cuando precisamente la sorpresa del filme debía mantenerse hasta los últimos minutos, en los que debía aparecer.Es una curiosa contradicción que a Hitchcock le preocupara este elemento cuando precisámente en algunas de sus películas anteriores (Inocencia y juventud, por ejemplo) había insistido en plantear una nueva clave de su forma habitual de cautivar al espectador. Así lo comentó Gerard Legrand en la revista Positif. "El principal interés estructural está, de hecho, conforme a la regla hitchcockiana del verdadero suspense: dejar desvelada de inmediato la identidad del criminal, dejar al espectador la inquietud no de quién, sino de cómo la joven heroína lograría escapar".

Posada Jamaica se emite hoy a las 22

05 por la segunda cadena.

Aun basándose en una novela de Daphne du Maurier, de la que al año siguiente adaptaría en Hollywood su famosa Rebeca, Hitchcock se vio obligado a retocar continuamente el guión, incluso por imposición del actor y, en este caso productor, Charles Laughton, áquien no convencía la estructura narrativa de la obra, entre otros aspectos, porque no le permitía un lucimiento personal suficiente. Hitchcock habló siempre mal de Laughton ("no era realmente un profesional"), mientras William Brown, biógrafo del actor, considera que fue Hitchcock quien no entendió las peculiaridades de Laughton. Los entonces críticos Rohmer y Chabrol defendieron su trabajo "prodigioso de naturalidad e invención, uno de los mejores papeles de su vida". De hecho, aunque este filme no haya sido repuesto, son muchos los espectadores que aún recuerdan fascinados aquella forma de andar y de silbar que tenía el juez de paz al que Laughton daba vida.

Con un reparto espléndido, en el que destaca Maureen O'Hara, la joven irlandesa que va descubriendo cómo la posada de Jamaica es una cueva de contrabandistas y que, por exceso de ingenuidad, acaba siendo víctima de tales malvados, la película tiene fama de ser una de las más divertidas de Hitchcock, muy especialmente por la calidad del humor que sus actores volcaron en ella. Todos se entendieron bien entre sí, quedando Hitchcock aislado. A continuación ambos actores interpretaron juntos El jorobado de Notre Dame, donde volvieron a mostrar su calidad y buen entendimiento.

Que algunos hayan encontrado segundas lecturas en Posada Jamaica, vencidos por el dato de que su coproductor, Erich Pommer, fue el hombre-orquesta del cine alemán antinazi, que regresaría a su país acabada la guerra como militar norteamericano, puede tener alguna razón si se recuerda que el filme se rodó en 1939. A veces, sin embargo, estas consideraciones a posteriori son más exageradas que reales.

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