La estadounidense Evelyn Ashford bate el récord mundial de 100 metros en la reunión de Zurich

La reunión atlética de Zürich dio un solo récord mundial, el de Evelyn Ashford en los 100 metros lisos femeninos, pero volvió a tener un nivel altísimo y permitió varios enfrentamientos imposibles en los pasados Juegos Olímpicos. La emoción por las posibles plusmarcas presidió casi tres horas de gran competición. La alemana oriental Marita Koch rozó su récord mundial de 200 metros y el brasileño Joaquim Cruz el de 800 de Sebastian Coe. Éste no pudo acercarse en los 1.500 al de su compatriota Steve Owett al no tener la competencia del marroquí Auita, que también fracasó en su intento de quitarl...

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La reunión atlética de Zürich dio un solo récord mundial, el de Evelyn Ashford en los 100 metros lisos femeninos, pero volvió a tener un nivel altísimo y permitió varios enfrentamientos imposibles en los pasados Juegos Olímpicos. La emoción por las posibles plusmarcas presidió casi tres horas de gran competición. La alemana oriental Marita Koch rozó su récord mundial de 200 metros y el brasileño Joaquim Cruz el de 800 de Sebastian Coe. Éste no pudo acercarse en los 1.500 al de su compatriota Steve Owett al no tener la competencia del marroquí Auita, que también fracasó en su intento de quitarle a Coe el de la milla. El español José Manuel Abascal, en la estela de Coe hasta la última recta, cedió al final y no logró superar su récord de España.

La reunión de Zürich no es una cita atlética cualquiera. Los 100 millones de pesetas puestos en juego este año por su organizador, Alois Brugger, suponen el máximo ejemplo del deporte rey olímpico como espectáculo profesional. En la principal ciudad de la Suiza alemana, las carreras y los concursos, se montan únicamente para los récords. Ganar es mucho menos importante.Evelyn Ashford salió esta vez con un peinado doble de cola de caballo. Estaba en la calle 4. Apenas se movía. Su piel, no tan negra, contrastaba con la blanquísima de Marlies Goehr, en la 3. La alemana oriental no pudo disputarle en Los Ángeles el título olímpico de los 100 metros lisos. Pero su duelo iba a ser posible en Zürich. Evelyn sólo miraba al fondo de la recta, mientras Marlies parecía nerviosa. Pero quizá por eso salió mucho mejor. Hasta los 50 metros, Goehr llevaba uno de ventaja. Pero la norteamericana, con facilidad, con su mayor rapidez en la progresión, le dio alcance a los 60 y a los 70 ya estaba en cabeza. Al final, el metro de margen era suyo. Goehr se descontroló al verse superada y perdió su firmeza en el movimiento de brazos. Ello le costó alguna centésima, pero hizo unos espléndidos 10.84, su segunda mejor marca, tras su anterior récord mundial de 10.81. Ashford, con 10.76, superaba por tres centésimas el suyo, conseguido hace un año en la altitud de Colorado Springs. Una norteamericana había demostrado que su triunfo en Los Ángeles había sido de oro de ley.

En los 200 metros la revancha germana vino con Marita Koch. Tras una curva impresionante terminó en 21.88, a sólo 17 centésimas de su récord mundial. Valery Briscoe, la norteamericana campeona olímpica, sólo quedó cuarta.

Pero el honor estadounidense, ausente Moses, se pondría más a salvo con Carl Lewis. La exhibición del sucesor de Owens volvió a ser impresionante. Su reciente derrota en los 300 metros de Londres y los discretos, para él, 10.05 de Budapest parecieron olvidarse. Lewis, sin cambio de ritmo siquiera, bajó por tercera vez este año de los diez segundos con la misma marca con la que se colgó del cuello el oro olímpico, 9.99.

La otra gran prueba de la jornada fueron los 800 metros. Cuando Alberto Juantorena se retiraba de la pista y era aplaudido tras hacer sólo 1.45 se le acercó el brasileño Joaquim Cruz y le abrazó. En ese momento se daban el relevo. Cruz, campeón olímpico con 1.43.00, rozó la plusmarca mundial de Sebastian Coe, 1.42.35 por 1.41.73, tras lanzar la prueba un kenlata al endiablado ritmo de 49.74 en,los 400. Su paso final, bien distinto en la morfología al del británico, no le dio el récord, pero fue índice de que su poderío es un pasaporte de plusmarca inmediata.

A Sebastian Coe, en los 1.500, le faltó coordinación en el lanzamiento de la prueba y la competencia del marroquí Auita, que falló en su intento sobre la milla tras no querer correr el kilómetro y medio. El estadounidense Robinson no fue una buena liebre al pasar los 400 y los 800 en 54.94 y 1.55.68. José Manuel Abascal siguió el ritmo de Coe a partir de los 900, pero se descompuso al final y, con 3.33.69, sólo fue cuarto, superado por el norteamericano Scott y el suizo Deleze y sin rebajar los 3.33.18 que tiene como mejor marca nacional desde el año pasado. Coe, simplemente, mejoró. su marca de Los Ángeles, 3.32.38 por 3.32.53.

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