Crítica:El cine en la pequeña pantalla

'El golfo', un muchachito muy bueno

Transcurridos casi 20 años, parece una alucinación que el cantante Raphael se transformara en una de las más cotizadas estrellas del cine español. Sus películas, que se repetían con cierta pesadez en argumentitos o situaciones, sólo debían justificar la aparición sucesiva de canciones, y por tanto iban dirigidas fundamentalmente a sus fans.Las tres primeras de esas películas fueron dirigidas por Mario Camus, al que nunca importó pillarse los dedos mientras preparaba alguna de sus obras más personales, entre otras razones porque realizaba productos profesionalmente dignos, Aunque todas, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Transcurridos casi 20 años, parece una alucinación que el cantante Raphael se transformara en una de las más cotizadas estrellas del cine español. Sus películas, que se repetían con cierta pesadez en argumentitos o situaciones, sólo debían justificar la aparición sucesiva de canciones, y por tanto iban dirigidas fundamentalmente a sus fans.Las tres primeras de esas películas fueron dirigidas por Mario Camus, al que nunca importó pillarse los dedos mientras preparaba alguna de sus obras más personales, entre otras razones porque realizaba productos profesionalmente dignos, Aunque todas, ellas obtuvieran un claro éxito comercial, algo "raro" debían de tener cuando la presidenta de los fans de Raphael dije) que "actor, actor..., en El golfo", es decir en la primera de las películas en que el cantante fue dirigido por Vicen te Escrivá.

El golfo se emite hoy a las 16

05 horas por la primera cadena.

"Antes", decía Maribel, "el clásico niño quedaba muy bien; mucho primer plano, muy guapito; pero actor, actor, en El golfo. Él tiene temperamento de actor".

Y debió de ser así puesto que a El golfo siguieron otras películas con Escrivá: El Ángel, ya emitida en televisión, y Como un adiós, título profético en la filmografía de tan peculiar divo. Era el año 1968 y Raphael tenía entonces poco más de 20 años. Alejado de las tribulaciones de sus contemporáneos, El golfo se rodó en Acapulco, por donde no pasaron las fiebres de mayo. Allí, llamándose Pancho y entregado al cuidado de viejas americanas, soñaba también con cantar. Y el azar, ese bendito azar que ha sido el principal guionista de sus cuentos de hadas, le pone en contacto con María O'Hara, ejecutiva de seguros de una compañía de Nueva York que ha ido a Acapulco "cansada de la rutina monótona y gris de su vida".

Las fans de Raphael lo encontraban todo muy verosímil. La señorita O'Hara (que interpreta Shirley Jones), atraída por Pancho y harta de que "su limpia aspiración pretenda ser enturbiada por sucias maniobras de gigolos, desaprensivos", "vive unos días de limpia y serena amistad". Y ahí está el quid del invento: ella se recupera y él se hace famoso. En hora y media no se puede conseguir más.

El director Vicente Escrivá, que ya había abandonado su línea patriótico-religiosa y aún no había descubierto a La lozana andaluza ni El virgo de Visanteta, se entretuvo con estos filmes de Raphael buscando el taquillazo. Otros directores se especializaban en el spaguetti westem o en comedietas intrascendentes. Lo curioso es que en aquel mismo 1968 Dustin Hoffman interpretaba en España El millón de Madigan; un vulgar filme de aventuras coproducido con Italia. Nadie le hizo caso y volvió a su país de origen en busca de mejor fortuna. No sabe de la que se fibró. El golfo se estreno cuando él ya se había ido.

Archivado En