El alemán Michael Gross critica los Juegos de Los Ángeles

El nadador Michael Gross, de la República Federal de Alemania, ganador de dos medallas de oro y dos de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, considera que los autodenominados ganadores de estos Juegos, los norteamericanos, sólo han ganado medallas en Los Ángeles". En un artículo de su propia pluma publicado por el semanario Stern, el albatros alemán señala que "me horrorizó comprobar que los reporteros norteamericanos de ABC celebraban a gritos las victorias de sus nadadoras y, a la vez, callaban sus pocas posibilidades de éxito de haber estado presentes sus rivales de la...

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El nadador Michael Gross, de la República Federal de Alemania, ganador de dos medallas de oro y dos de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, considera que los autodenominados ganadores de estos Juegos, los norteamericanos, sólo han ganado medallas en Los Ángeles". En un artículo de su propia pluma publicado por el semanario Stern, el albatros alemán señala que "me horrorizó comprobar que los reporteros norteamericanos de ABC celebraban a gritos las victorias de sus nadadoras y, a la vez, callaban sus pocas posibilidades de éxito de haber estado presentes sus rivales de la RDA". "Patriotismo por aquí, patriotismo por allá y, sin contar las pocas excepciones, la valoración objetiva de las competiciones de natación brilló por su ausencia entre los comentaristas de los medios estadounidenses", escribe Gross. El nadador alemán muestra su repulsa hacia los medios de difusión norteamericanos cuando recuerda que "el día en que Estados Unidos nos venció por cuatro centésimas en la, final de 4x 200 metros, en los boletines de noticias ni nos citaron".

Gross afirma que las medida de seguridad para proteger a los atletas eran necesarias, pero que se exageró a menudo y, al final, "a salvo de los controles sólo se estaba en la cama o en la piscina". Revela que, durante la ceremonia de apertura, la piscina estuvo cerrada a los deportistas, pero que pudo acceder a ella gracias a la ayuda de un entrenador norteamericano y descubrió que "el equipo estadounidense disfrutaba de toda la instalación, mientras los demás quedaban fuera".

Michael Gross subraya que "en Los Ángeles mandó el dinero y fue la cadena de televisión ABC quien dictó las órdenes para que las pruebas dieran comienzo a una hora determinada". Gross señala también que "después de Los Ángeles creo que es imposible frenar la creciente comercializ ación de los Juegos Olímpicos y en Seúl, en 1988, las finales de natación tendrán lugar a primeras horas de la mañana para que los norteamericanos puedan ver las pruebas a la conveniente hora de la cena".

Finalmente, el nadador alemán sentencia que los Juegos no se deberían llevar a cabo para "beneficiar a la industria de la publicidad o a las cadenas de televisión, sino a los deportistas ya la reunión dejóvenes de todo el mundo, como reza la idea fundamental de los Juegos".

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