Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Shakespeare neorrealista

Son bastantes los críticos italianos que consideran el Romeo y Julieta que Renato Castellani dirigió en 1954 como una aportación neorrealista al famoso texto, que ya había tenido en el cine numerosas adaptaciones. Son cerca de 20 las registrables desde que en 1908 se llevara por vez primera al cine, sin contar las versiones indirectas que han concentrado el drama de esos dos enamorados a los que separan sus familias o sus ambientes sociales en lugares y circunstancias alejados de la Verona de Shakespeare.La principal virtud del filme que hoy veremos en televisión fue la de que sus intér...

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Son bastantes los críticos italianos que consideran el Romeo y Julieta que Renato Castellani dirigió en 1954 como una aportación neorrealista al famoso texto, que ya había tenido en el cine numerosas adaptaciones. Son cerca de 20 las registrables desde que en 1908 se llevara por vez primera al cine, sin contar las versiones indirectas que han concentrado el drama de esos dos enamorados a los que separan sus familias o sus ambientes sociales en lugares y circunstancias alejados de la Verona de Shakespeare.La principal virtud del filme que hoy veremos en televisión fue la de que sus intérpretes respondieron más aproximadamente a la edad ideal de los personajes que la de otras grandes figuras de la pantalla, que, sin tener en cuenta su lógico envejecimiento, se atrevieron a interpretar a los adolescentes originales. Baste recordar la reciente versión emitida por la pequeña pantalla, en la que unos maduros Leslie Howard y Norma Shearer fingían no haber cumplido los 20 años, En el caso de la versión de Castellani, Laurence Harvey y Susan Shantall rondaban esa edad, más especialmente la actriz, que fue descubierta para esta interpretación, limitando a ella su aparición en el cine.

Giulietta e Romeo, que en este orden se sitúan los personajes en el título original italiano, fue la gran ocasión para su director de "desfogar su habilidad técnica, su virtuosismo formal, su refinado criterio para los trajes y los decorados, que las precedentes películas neorrealistas no le habían permitido expresar". Ésta es la opinión que señala el diccionario Bolaffi, que queda matizada más tarde por su disgusto ante la estructura narrativa al señalar que la película se divide en episodios estancos, formalmente excelentes, como el de la secuencia del baile, pero, dramáticamente inoperantes.

"Falta la tragedia. Incluso falta una interpretación personal que atienda al espíritu de hoy según hizo la propia tragedia Shakespeare". La película, concluye, es un grato espectáculo para la vista pero sin que sus imágenes alcancen el corazón o la mente. De ahí que otros críticos consideraran esta limitación como consecuencia del toque neorrealista, y que ello impidiera el éxito total. Paradójicamente, es esta distinción la que hace de Romeo y Julieta una película de posible importancia en la historia del cine italiano, a medio camino entre la Strada, de Fellini, y Senso, de Visconti, que fueron aquel mismo año dos de los grandes triunfos de esa cinematografía.

No fueron tan meticulosos en estos matices los miembros del jurado del Festival de Venecia de 1954, que otorgaron su León de Oro a la película, corroborando así que Castellani había hecho uno de sus mejores trabajos. Al ser una coproducción, figuran en el reparto n«tables actores británicos, y entre ellos Flora Robson en el papel de la institutriz, al margen de que pudo disponer así de un presupuesto más amplio para» abordar cómodamente las exigencias de una composición escenográfica tan exigente.

Romeo y Julieta se emite hoy a las 22.05 por la primera cadena.

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