Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Lewis ya tiene planificada su explotación

Ningún atleta ha hecho una planificación más exhaustiva para explotar su fama olímpica que Lewis. El residente de Houston, de 23 años de edad, intenta repetir el éxito legendario de Jesse Owens, que en los Juegos Olímpicos de 1936 ganó medallas de oro en los 100 y 200 metros, salto de longitud y 400 X 100. Lewis tiene uno de los mayores contratos con una fábrica de zapatos deportivos, pero su manager, Joe Douglas, afirma que intenta utilizar los Juegos para ampliar su celebridad más allá de los consumidores de zapatos. Al parecer, Lewis ingresa cerca de ocho millones de la compañía Nike...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ningún atleta ha hecho una planificación más exhaustiva para explotar su fama olímpica que Lewis. El residente de Houston, de 23 años de edad, intenta repetir el éxito legendario de Jesse Owens, que en los Juegos Olímpicos de 1936 ganó medallas de oro en los 100 y 200 metros, salto de longitud y 400 X 100. Lewis tiene uno de los mayores contratos con una fábrica de zapatos deportivos, pero su manager, Joe Douglas, afirma que intenta utilizar los Juegos para ampliar su celebridad más allá de los consumidores de zapatos. Al parecer, Lewis ingresa cerca de ocho millones de la compañía Nike por utilizar sus productos.Comentarista de televisión, actor y representante de una gran empresa, con un contrato multimillonario en exclusiva para América, Europa y Japón. Estos son los objetivos posolímpicos que han previsto para Lewis, afirmó Douglas en una entrevista. Una vez que Lewis gane cuatro medallas de oro, Douglas, que es el entrenador del equipo de atletismo de Santa Mónica y que no tiene experiencia como representante, afirmó que el dinero debe llegar a espuertas. "Esperamos que sea multimillonario", afirma Douglas. "Habrá que esperar; creo que nadie sabe en este momento cuánto dinero vale".

Douglas agrego que, en 1981, él y otros ayudaron a Lewis a diseñar un plan comercial, destinado a convertirlo en una especie de héroe nacional, cuyo valor comercial se catapultaría después de los Juegos de 1984. De acuerdo con ese plan, añadió Douglas, "intentamos sacarle del mundo del atletismo y del deporte" buscándole contratos de publicidad en televisión, en revistas de información general y en publicaciones de modas, finanzas o aviación comercial, en vez de limitarnos a las páginas de deportes.

Antes de los Juegos, dijo Douglas, siete compañías, incluyendo una compañía de vitaminas extranjera y una no identificada compañía de bebidas, habían pujado por el corredor, pero ninguna ofreció suficiente dinero o por cualquier motivo no llegaron a un acuerdo. "Nosotros hemos tenido algunas ofertas de películas y hemos tenido contactos con algunas empresas que estaban interesadas, pero decidimos desecharlas aunque su valor publicitario podría haber sido más alto que los propios Juegos", dijo Douglas.

Lewis ha sido también criticado por solicitar a algunas publicaciones el pago de dinero por su fotografía. Hace varias semanas, según el director del New York Times Magazine, Lewis rechazó que un fotógrafo de su periódico le tomara fotografías, remitiéndole a que pagase éstas a la corporación que él dirige, JL Production.

El sábado por la noche, tras su victoria en los 100 metros, recogió una bandera americana que alguien de la multitud le entregó en el Memorial Coliseum, de Los Angeles, y corrió con ella, flameándola con orgullo. Algunos testigos del acto han puesto en duda la espontaneidad del hecho. Douglas, por su parte, ha manifestado que no estaba previsto y que Lewis no conocía a la persona que le dio la bandera.

Archivado En