Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Andersen, la suiza que acabó zigzagueando en los últimos 200 metros de la maratón

La corredora suiza de maratón Gaby Andersen-Schiess, de 39 años de edad, tardó más de dos minutos y medio en recorrer los 200 últimos metros de la prueba, en el Coliseo de Los Ángeles. Completamente deshidratada y exhausta, millones de espectadores pudieron ver y sufrir con ella la agonía de los metros finales. Con la mente absolutamente embotada, la atleta se paraba y daba la vuelta sobre sí misma, sin saber a dónde dirigirse, al tiempo que rechazaba a todas las personas que intentaban ayudarla. Al final, consiguió llegar a la línea de meta, en el puesto 37º, y se desplomó en los brazos de la...

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La corredora suiza de maratón Gaby Andersen-Schiess, de 39 años de edad, tardó más de dos minutos y medio en recorrer los 200 últimos metros de la prueba, en el Coliseo de Los Ángeles. Completamente deshidratada y exhausta, millones de espectadores pudieron ver y sufrir con ella la agonía de los metros finales. Con la mente absolutamente embotada, la atleta se paraba y daba la vuelta sobre sí misma, sin saber a dónde dirigirse, al tiempo que rechazaba a todas las personas que intentaban ayudarla. Al final, consiguió llegar a la línea de meta, en el puesto 37º, y se desplomó en los brazos de las asistencias médicas de los Juegos. Rápidamente, fue trasladada a, la enfermería, donde le aplicaron hielo por todo el cuerpo y le pusieron varias inyecciones intravenosas.

"No consigo recordar demasiado de cómo llegué a la meta. Creo que la mayor parte de lo que hice fue consecuencia de la intuición. Desde los 40 kilómetros iba prácticamente sin sentido", declaró ayer por la mañana en la residencia del equipo suizo, ya repuesta de su enorme esfuerzo, aunque todavía débil. La mayoría de los médicos de los distintos equipos olímpicos y otros atletas han criticado que nadie la hubiera cogido y retirado de la písta inmediatamente después de entrar en el estadio. "Podría haberse parado para siempre", dijo la subcampeona olímpica, la noruega Grete Waitz.Richard Greenspun, jefe médico del LAOOC, indicó, por su parte, que lo que hizo Gaby Andersen-Schiess, nacida en Sun Valley, una localidad del estado norteamericano de Idaho, es "una de las cosas de más coraje" qué nunca ha visto, y que la salud de la suiza no estaba en peligro.

Sin embargo, su opinión no fue compartida por otros médicos. Ken Fitch, doctor del equipo australíano, afirmó: "Nadie dejaría correr ni a un animal en las condiciones en que lo hizo la suiza". El médico canadiense Doug Clement dijo que los caballos son examinados para evitar la deshidratación antes de las pruebas, "pero a los humanos se les permite hacer cualquier cosa, hasta que se les fríen los sesos".

Los organizadores de los Juegos habían colocado hasta doce pues tos médicos en el recorrido de la maratón, en previsión de que los atletas se vieran afectados por la contaminación de la ciudad de Los Ángeles, por el brusco cambio de temperatura entre el principio y el final de la carrera (de unos 10º a unos 28º), y por el alto porcentaje de humedad.

Otra corredora que se deshidra tó fue la japonesa Akerni Masuda que fue retirada por el médico del equipo japonés antes de que acabara la prueba y trasladada a su residencia olímpica.

Las protestas médicas no acaban ahí. A los oficiales helvéticos que intentaron el domingo poner fin al calvario de la atleta suiza, les fue prohibido el acceso a la pista del estadio de Los Ángeles, según la agencia Sports Information.

La misma fuente señaló que el director del atletismo suizo, Hansjorg Wirz, intentó entrar en la pista, pero los organizadores no le dejaron. Wirz forcejeó con los servicios de seguridad del, estadio. "Fue un escándalo. Hubiese sido necesario que ella reventase para que yo hubiera podido socorrerla" dijo Wirz, quien añadió que la delegación suiza no pudo verla más que en el hospital adonde fue trasladada, poco después de haber ingresado en los servicios médicos.

La primera maratón

Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles han servido para implantar dos nuevas pruebas femeninas, la maratón y los 3.000 metros, después de largos años de controversia sobre la inclusión de pruebas de fondo para las mujeres. En Amsterdam, en los Juegos de 1928, se produjo la primera participación femenina en atletismo. Como ahora le ha ocurrido a Gaby Abdersen-Schiess, dos mujeres sufrieron sendos desvanecimientos, aunque en la prueba de 800 metros.Ésa fue la razón para que el fondo fuera suprimido temporalmente de los Juegos.

En ese núsmo año, las mujeres participaron en cinco pruebas atléticas: 100 metros, 800, 4X100, salto de altura y lanzamiento de disco. La norteamericana Betty Robinson fue la primera mujer que ganó una medalla de oro en atletismo, al vencer en la prueba de 100 metros lisos.

Mary Decker protesta porque las mujeres continúan sin correr los 5.000 ni los 10.000 metros, aunque sí lo harán en los próximos mundiales de atletismo y en los Juegos de Seúl, en 1988. De este modo las mujeres correrán casi las mismas pruebas que los hombres, a lo que se habrá llegado 16 años después de que la carrera de 1.500 metros femeninos fuera incluida en los Suegos de Múnich, en 1972.

La participación en los Juegos Olímpicos siempre ha sido mayoritariamente masculina. Hoy, de los 7.800 deportistas que participan en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, más del 75% son hombres.

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