Bernard Hinault ganó 40 segundos de bonificaciones, y Raas, la etapa más larga

LUIS GÓMEZ ENVIADO ESPECIAL, Jaan Raas, tras 10 horas de etapa al sol en el suroeste francés, ganó al sprint en Burdeos. Dustin Hoffman recibió a los corredores en la meta con la cabeza casi rapada; a partir de hoy empezará a estudiar su papel como pequeño gran ciclista. Tan larga etapa, 338 kilómetros, tuvo a Hinault por principal animador, gracias a lo cual llegó a sumar 40 segundos en bonificaciones. Fignon sólo pudo anotarse 12.

338 kilómetros no dieron lugar a otra cosa que a un desesperado reparto de bonificaciones, en el que participaron algunos de los favor¡tos. Hinault provoco ...

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LUIS GÓMEZ ENVIADO ESPECIAL, Jaan Raas, tras 10 horas de etapa al sol en el suroeste francés, ganó al sprint en Burdeos. Dustin Hoffman recibió a los corredores en la meta con la cabeza casi rapada; a partir de hoy empezará a estudiar su papel como pequeño gran ciclista. Tan larga etapa, 338 kilómetros, tuvo a Hinault por principal animador, gracias a lo cual llegó a sumar 40 segundos en bonificaciones. Fignon sólo pudo anotarse 12.

338 kilómetros no dieron lugar a otra cosa que a un desesperado reparto de bonificaciones, en el que participaron algunos de los favor¡tos. Hinault provoco una escapada y se convirtió en el máximo anotado r, con 40 segundos; le siguió Anderson, con 24; Hanegraff, y hasta Fignon, con 12. La carrera estuvo presidida por el fuerte calor, pero los corredores cumplieron con el horario previsto, lo que ya resultó meritorio. A falta de cinco kilómetros, de nuevo un Renault, Madiot, atacó, pero Raas supo mantenerse a rueda en todo instante para desbordar al francés, unido al italiano Leali, a falta de 200 metros, cuando aquel había llevado ya todo el peso de tan corta escapada. Raas, un consumado sprinter, no tuvo problemas para vencer.Era 7 de julio en Burdeos, pero San Fermín en Pamplona. Reynolds es equipo navarro, pero. Echávarri no dio orden de intentar un chupinazo en tan largos y calurosos 338 kilómetros de la novena etapa. El Reynolds se limitó a celebrarlo con champán la noche anterior. Jomeini era, el 7 de julio, un hombre esperanzado.

Jomeini es Echávarri, también conocido como el ayatollah en otros círculos menos íntimos. Resulta un estratega singular, con una ideología en carrera algo incoherente; busca acciones de comandos, pero comparte las ideas liberales de algunas estrellas del Tour de Francia. Por ejemplo, Hinault prodiga declaraciones en las que manifiesta que lo mejor es "Laissez faire, laissez passer', la frase por excelencia del más rancio liberalismo. Y Echávarri está empeñado en decir y hacer lo nuismo: no quiere que nadie se fije ni en su equipo ni en sus corredores y, por ello, le ha molestado un tanto las andanzas de Delgado, quien ya figura en todos los pronósticos Echávarri no quiere todavía participar en el Tour, quiere esperar su momento, el oportuno, para dar un hachazo, es decir, un golpe de mano a traición.

Multados por San Fermín

Ni una multa de 850 francos (16.000 pesetas) al equipo ha aguado el champán, enfriado para celebrar San Fermín. Arroyo, Greciano, Hernández Obeda y Laguía corren con zapatillas de color blanco. "Antirreglamentario", dijo el comisario oficial y sancionó. El Reynolds había tenido la idea de dotar de zapatillas blancas a algunos de sus corredores para evitar el exceso de calor en los pies. El color negro, el reglamentario, absorbe los rayos del sol; el blanco, los refleja. Era la modesta aportación de un equipo español a la renovación tecnológica del ciclista. Pero el Tour dijo que no, y los hombres del Reynolds hubieron de aplicar betún a las zapatillas blancas en las vísperas de San Fermín. "Nadie ha dicho nada so bre los nuevos modelos de bicicle ta, que creo que constituyen un material más trascendental, pero sí se fijan en nuestras zapatillas". Echávarri protestó por escrito, pero fue denegada su petición de clemencia.

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