Huida de 'etarras' del sur de Francia ante una posible operación sorpresa de la policía

Un importante número de refugia dos vascos ha decidido abandona el sur de Francia ante el temor de una nueva ofensiva de la policía francesa, en esta ocasión sobre la base de los acuerdos adoptados en Madrid la semana pasada entre los ministros del Interior francés y español, Gaston Defferre y José Barrionuevo. La existencia en poder de las autoridades francesas de una lista de 200 vascos, sin requisitorias judicial y policial, hace temer a estos refugiados que puedan ser puestos en breve a disposición de las autoridades españolas.Este clima de inseguridad, plasmado en la huida hacia otros dep...

Un importante número de refugia dos vascos ha decidido abandona el sur de Francia ante el temor de una nueva ofensiva de la policía francesa, en esta ocasión sobre la base de los acuerdos adoptados en Madrid la semana pasada entre los ministros del Interior francés y español, Gaston Defferre y José Barrionuevo. La existencia en poder de las autoridades francesas de una lista de 200 vascos, sin requisitorias judicial y policial, hace temer a estos refugiados que puedan ser puestos en breve a disposición de las autoridades españolas.Este clima de inseguridad, plasmado en la huida hacia otros departamentos franceses, se ha visto incrementado con el reciente atentado, con explosivos, de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) en Biarritz, a consecuencia de¡ cual resultaron heridos los refugiados Tomás Pérez Revilla y Román Orbe Etxeberría.

La policía francesa ha detenido al menos a dos personas en relación con este atentado. Una de ellas es el ciudadano francés Roland Sampietro, cuya fotografía fue difundida ayer por la agencia The Associated Press. Los detenidos parecen ser pequeños truhanes desligados de los grandes hampones del Milieu bordelais o de los núcleos de delincuencia de los cantones vascos.

Un experto policial español manifestó que el atentado contra Pérez Revilla, histórico miembro de ETA desligado de la dirección de la organización, demuestra que los GAL hallan dificultades para atentar contra destacados etarras, lo que confirma la huida del sur de Francia de los principales dirigentes

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