España, agarrotada ante una Rumanía incapaz de resolver

ENVIADO ESPECIALEra la gran oportunidad de españoles y rumanos. Después de que alemanes y portugueses empataran, el equipo que ganara salía disparado hacia las semifinales. Pero no fue así. Tras 90 minutos aburridísimos, se metieron en los vestuarios bajo una fuerte pita del escaso público. Los rumanos no supieron resolver el mayor número de ocasiones de gol que fabricaron. Remontaron un tanto adverso y, como mal menor, se conformaron con el empate. Los españoles, que se vieron por delante gracias a una gran jugada de Señor y Gallego, jugaron siempre agarrotados, como temerosos de conseguir la...

ENVIADO ESPECIALEra la gran oportunidad de españoles y rumanos. Después de que alemanes y portugueses empataran, el equipo que ganara salía disparado hacia las semifinales. Pero no fue así. Tras 90 minutos aburridísimos, se metieron en los vestuarios bajo una fuerte pita del escaso público. Los rumanos no supieron resolver el mayor número de ocasiones de gol que fabricaron. Remontaron un tanto adverso y, como mal menor, se conformaron con el empate. Los españoles, que se vieron por delante gracias a una gran jugada de Señor y Gallego, jugaron siempre agarrotados, como temerosos de conseguir la victoria.

Ese agarrotamiento provocó más de una indecisión en la defensa. En una de sus precipitaciones vino el gol rumano de los pies de Coras, el arma que Lucescu había ocultado, haciendo creer que alinearía al jovencísimo Hagi, de 19 años, el Maradona rumano. Y fue también ese agarrotamiento el que obstruyó las ideas de los centrocampistas y disminuyó la capacidad de desmarque de un equipo que no sabe jugar al ataque. Como la impronta española no apareció y la suerte sólo se dio cuando los rumanos fallaban sus remates, la selección española debió plegarse a un empate que, llegado el caso, forzará a jugarse el todo por el todo ante la selección alemana.

Posesión del balón

Los rumanos, que poseyeron el balón muchísimo más tiempo que los españoles y contaron con dos ocasiones de oro, en los minutos 45 y 61, en un tiro demasiado cruzado de Rednic y en un disparo de Coras que detuvo Arconada, continuaron basando su fútbol en una férrea defensa. Sólo cuando vieron que el centro del campo español no funcionaba se dispusieron a forzar la máquina, suministrando balones a Coras, al que nunca supieron los españoles cómo sujetar, y confiando en los pases profundos de un Boloni bien sujetado por Víctor. Pero ese fútbol falló en los últimos metros.

Aquéllos que cantaron "¡así, así, así se va a París'" tras el penalti transformado por Carrasco, confiaban en que España mantendría ese 1-0 inicial. Pero los españoles no supieron hacer nada más que empatar. Ni Urkiaga ni Camacho fueron atrevidos para ganar su banda, Señor y Gordillo no tuvieron, nada de ofensivos y, pese a que Santillana se partió la cara y Carrasco intentó la penetración individual, España pudo caer derrotada tranquilamente. Sin Rincón, lesionado, se ha perdido presión arriba, lo que hace que el adversario actúe más cómodo.

El partido aburrió. Pero lo peor fue que Miguel Muñoz se volvió a mostrar como un técnico estático, que confía en la suerte para resolver sus compromisos individuales. En el último cuarto de hora temió incluso por la pérdida del empate y elaboré un esquema sólido para sacar el puntito, confiando en derrotar luego a Portugal.

Incluso Gordillo mostró desesperanza, aburrimiento y tristeza. Por cierto, el jugador bético recibió anoche la medalla de oro por su 50º partido internacional. Eso fue lo único brillante. Si, como dicen, esta Eurocopa es para olvidar aquel Mundial, habrá que hacer algo más porque, si no, este conjunto corre el riesgo de ser de transición, a la espera de Martín Vázquez, Julio Salinas y compañía.

Clasificaciones:

Grupo I: Bélgica y Francia, 2 puntos; Dinamarca y Yugoslavia, 0.

Grupo II: España, Rumanía, Portugal y RFA, 1.