Tribuna:

Los semiólogos

Desconcertante diccionario el de la Real Academia, al que recurro para precisar el significado de semiología y me remite a semiótica para decirme: "Parte de la medicina que trata de los signos de las enfermedades desde el punto de vista del diagnóstico y del pronóstico". Quién se lo iba a decir a semiólogos y semióticos, esos insaciables del signo que se lo leen todo. Y sin embargo vale esta definición como metáfora del pesimismo con el que se lee contemporáneamente: se lúe para diagnosticar y pronosticar enfermedades.A los semiólogos quería dirigirme para que me leyeran los rostros de ...

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Desconcertante diccionario el de la Real Academia, al que recurro para precisar el significado de semiología y me remite a semiótica para decirme: "Parte de la medicina que trata de los signos de las enfermedades desde el punto de vista del diagnóstico y del pronóstico". Quién se lo iba a decir a semiólogos y semióticos, esos insaciables del signo que se lo leen todo. Y sin embargo vale esta definición como metáfora del pesimismo con el que se lee contemporáneamente: se lúe para diagnosticar y pronosticar enfermedades.A los semiólogos quería dirigirme para que me leyeran los rostros de Morán y Calviño, víctimas propicias de la crueldad crítica del país. Por qué Morán excita a los chistosos y por qué Calviño irrita más que Reagan o Chernenko a rojos y blancos. Entiendo que en uno y otro caso ha sido el aspecto lo que ha provocado la atribución del papel en el gran reparto del poder socialista. Morán tiene cara de perdedor de chiste y Calviño de republicano de toda la vida, capaz de irse a un concierto mientras su tele retransmite la final de Copa. Los semiólogos o semióticos diagnosticarían estas caras y pronosticarían su futuro sin atender la razón histórica profunda que hay en la crítica chistosa de Morán o en la crítica irritada de Calviño.

A Morán le odian las derechas porque no es atlantista y le fustigan las izquierdas porque aparentemente la política exterior española la interpreta Felipe González como solista de postín. Y en cuanto a Calviño, irrita porque irrita el poder incontestable del medio que regenta y porque todo Gobierno necesita un falso señuelo, un trapo rojo de quite para que el toro no embista al torero fundamental. Y mientras el país se entretiene con Calviño y Balbín, me lo reconvierten industrialmente o me lo meten en la SEATO (es un decir) sin que el vecindario sea apercibido por un bando del señor alcalde. Otra para semiólogos. ¿Por qué a Tierno tanto pan y tanta sal y por qué a Morán y Calviño pan con vinagre? Mentía Pavese cuando decía que a partir de los 40 años todo hombre es responsable de su cara. La cara es un capricho celular creado por Dios para aliviar el paro. Para que al menos semiólogos y masajistas tengan trabajo.

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