Entrevista:

"Así es muy fácil salir adelante"

El atleta Antonio Prieto se ha recuperado moralmente de su fracaso en el mundial de 'cross' de Nueva York con las muestras de apoyo recibidas

El miércoles por la noche, cuando regresó a Madrid, Prieto se encontró con un telegrama: "Mi más sincera felicitación por la gran deportividad demostrada en los Campeonatos del Mundo de Cross celebrados en Nueva York. Saludos, Felipe González Márquez". Al día siguiente, cuando fue a Móstoles a dar sus clases de educación física, tres alumnas -Silvia, Sonia y María Jesús- del liceo Villa Fontana le regalaron una copa en la que se leía Al valor Mundial-84. Les había costado 500 pesetas y con ella "quisimos ponerle contento porque, como había tenido mala suerte y no pudo ganar, pensamos qu...

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El miércoles por la noche, cuando regresó a Madrid, Prieto se encontró con un telegrama: "Mi más sincera felicitación por la gran deportividad demostrada en los Campeonatos del Mundo de Cross celebrados en Nueva York. Saludos, Felipe González Márquez". Al día siguiente, cuando fue a Móstoles a dar sus clases de educación física, tres alumnas -Silvia, Sonia y María Jesús- del liceo Villa Fontana le regalaron una copa en la que se leía Al valor Mundial-84. Les había costado 500 pesetas y con ella "quisimos ponerle contento porque, como había tenido mala suerte y no pudo ganar, pensamos que iba a venir muy triste". Luego, entrenándose en la Casa de Campo, salió a rodar 20 minutos y estuvo una hora. La gente le paraba para animarle; incluso un señor se bajó del coche para aplaudirle.Pregunta: Regresó de Nueva York hundido moralmente. ¿Cómo se encuentra ahora?

Respuesta: Ya he asimilado el golpe que sufrí hace una semana, y si lo he conseguido ha sido porque la gente me ha ayudado mucho estos días. Es muy fácil salir adelante con todas las muestras de apoyo que he recibido. Mi actuación fue un revés importante, porque tenía muchas esperanzas puestas en la carrera. Era una inversión muy grande la que había hecho, no económica, sino de ilusiones principalmente. Fue muy duro ver que, nada más salir, ya no podía pelear por nada.

P. Y la gente se ha identificado con su gesto de no querer abandonar.

R. Completamente. Y me he dado cuenta de que la gente me quiere. He sentido orgullo de pertenecer a este país, que te aplaude no sólo cuando quedas bien, sino que también te apoya cuando quedas mal.

P. ¿Ha compensado el no ganar para conocer las reacciones del público ante la derrota?

R. Son cosas diferentes. Yo trabajé para intentar ganar, no para recibir felicitaciones. A mí, ahora me han dado el pésame, pero sé que me lo han dado queriéndome, porque la gente siente de verdad que hayas quedado mal. En cualquier caso, jamás llegué a pensar que un pueblo pudiera comportarse como lo-ha hecho conmigo, cuando siempre se ha dicho que tus amigos te abandonan en la derrota. Yo estoy muy contento porque puedo decir que en estos días nunca he recibido más muestras de apoyo animándome a seguir adelante.

'Vi lo que sufre la gente que va detrás'

P. ¿Ha valido la penar haber dedicado cuatro meses a su preparación, perder un millón de pesetas por las carreras a las que renunció y que luego no haya servido de nada?R. Cuando hice la preparación, la hice con todas sus consecuencías. Sabía los riesgos que corría, que iba a perder dinero, que luego a lo mejor lo ganaba, pero a largo plazo, porque, si quedaba bien, mi cotización subiría en posteriores carreras.

P. Al correr descalzo de un pie en su organismo se produjo una descompensación que, según el doctor González Ruano, pudo ocasionarle una lesión en la columna. ¿No lo pensó cuando corría?

R. No pensé en lo que pudiera pasar. En aquellos momentos, sólo pensé que había ido allí a correr. En la salida resultó todo muy confuso; pero, en cuanto corrí 100 metros, me di cuenta de que había preparado durante mucho tiempo la carrera y que no iba a abandonar porque hubiese perdido una zapatilla. Mi obligación era correr hasta donde mis límites fisicos me lo permitieran, máxime cuando los seis primeros de cada equipo puntuaban para la clasificación por equipos, y mientras yo me rnantuviera en esas posiciones debía seguir, sin importarme mi prestigio personal. Vi lo que sufre la gente que va atrás, lo que lucha a pesa de no tener opción al triunfo. Corren solamente por amor propio, por ayudar a su país. El que va el 100 pelea por quedar el 99. Es una cura de humildad estar ahí y saber perder, que a la postre es saber ganar. Hice lo que creía que debía hacer. No me arrepiento de nada.

P. ¿Por qué no pidió otra zapatilla?

R. ¿A quién? No vi absolutamente a nadie del equipo en el circuito. Sólo escuché unas voces, a lo lejos, de las chicas españolas. No pude decir ni siquiera que iba descalzo. Por lo visto, la organización no permitió que nadie estuviese cerca de nosotros.

P. Al producirse el pisotón en la salida, seguramente le descalzó un atleta español. ¿Sabe quién fue?

R. Ni lo sé ni quiero que me lo diga, porque creo que fue algo involuntario. Quizá ni él mismo sepa que me pisó. Fueron momentos de muchos nervios, porque el juez no acababa de dar la salida al estar un atleta pisando la raya. Y cuando uno está atrás, yo lo sé por experiencia, te impacientas porque crees que por salir el último ya no vas a tener opción a nada. Te pones nervioso, te crispas, empujas...

P. ¿Qué le decían los compañeros cuando le iban dejando atrás?

R. Todos me animaban a seguir. Quiero destacar a Esparcia. Tuvo un gesto inolvidable. Cuando me quitaron la zapatilla, creo que lo sintió tanto como yo. Luego, yo me lancé para delante en un intento desesperado de ir hacia la cabeza le rebasé, me volvió a pasar y quería ir conmigo a toda costa, hasta que le dije que se fuera, por favor hacia delante, que él había ido a correr, no a acompañarme.

'Me había entrenado para ganar'

P. Después de la carrera, de los apoyos recibidos, ¿es el de Felipe González el que más impacto le ha causado?R. Cada uno me ha apoyado en la medida de sus posibilidades Las niñas, el señor que se bajó del coche, el presidente del Gobierno; todo forma un conjunto que me ha hecho una ilusión tremenda. Pero es cierto que no esperaba que el presidente se acordara de una persona que había estado corriendo en un campeonato del mundo, porque creo que hay cosas más importantes en este país que el que un señor haya fallado en una carrera.

P. Pero usted estaba para ganar.

R. Yo me había entrenado para ganar. Después de haber visto la carrera y la gente que fue en cabeza, creo que la carrera se desarrolló de forma favorable para mí. Pero todo lo que se diga ahora ya no tiene valor. Sí puedo decir que me había mentalizado para vencer, porque antes de ganar una carrera tienes que creer que la vas a ganar; de lo contrario es imposible ser el primero. Puedes estar para ganar y ser, en efecto, el mejor, pero no ganar si no se está mentalizado para ello. El año pasado, también estaba muy bien, quizá para ganar, pero jamás pensé que pudiera hacerlo, y entonces por eso no me la jugué y no gané. Corrí para cumplir el expediente, y con ser quinto me conformé. Pero este año estaba mentalizado de otra manera. El año pasado, me entrené para quedar bien en todos los sitios. Este año lo hice para ganar el mundial.

'Me estoy mentalizando para Los Ángeles'

P. Su padre, sus amigos del pueblo, ¿qué le han dicho?R. Cuando llegué, ya todos sabían lo que me había pasado. Mi preocupación era que mi padre supiera sólo que yo había quedado mal, porque fue lo único que salió por televisión. Por eso me fui directamente al pueblo. Pero ya le habían comentado que los periódicos decían que había perdido una zapatilla y estaba tranquilo. Me animó, igual que todos los que pasaron por mi casa mientras estuve allí.

P. ¿Volverá a repetir el próximo año la experiencia?

R. Es posible, porque yo cambiaría ganar un mundial de cross por todo el dinero del mundo. La considero la prueba más bonita, interesante e impresionante del atletismo, porque es abierta y porque se corre de manera muy diferente a cualquiera de las que se hacen en pista. En el cross se corre, desde principio a fin, a un ritmo endemoniado. Eso sí que es correr.

P. Su próximo gran compromiso está ahora en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.

R. Allí correré 10.000 metros, y mis posibilidades dependen de cómo se corran y cómo me encuentre en ese momento. Yo ahora voy a prepararlo con todas mis ganas. Más que nada por devolver a toda la gente la confianza que ha depositado en mí, la gratitud demostrada. Soy consciente de las dificultades que entraña correr un 10.000 en los Juegos Olímpicos; pero creo que voy a andar bien, porque estoy mentalizado de otra manera, máxime desde que el año pasado gané en un 5.000, prueba en la que no soy especialista, a gente muy importante, porque la carrera se desarrolló al ritmo que me convenía. Ahora estoy reconocido internacionalmente y eso me anima. En Nueva York, a pesar de mi fracaso, organizadores de las mejores reuniones europeas del verano hablaron conmigo para contratarme. Si ahora mismo creyese que en Los Ángeles no iba a hacer nada, sería tonto prepararme. Mis entrenamientos van a comenzar la próxima semana con varios días concentrado en lugares de gran altitud.

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