GENTE

Gregorio Peces-Barba,

presidente del Congreso, es un incomprendido al que los parlamentarios no perdonan un tanto así. Resulta que el pasado miércoles, cuando el comunista Santiago Carrillo, interrumpido y llamado al orden por el presidente por nombrar al ex director general de RTVE Carlos Robles Piquer, abandonó la tribuna diciendo que la actitud de Peces-Barba parecía la de un juicio sumarísimo o un colegio de párvulos, éste tenía unas décimas de fiebre y sus colaboradores le habían aconsejado que se marchara a casa al inicio de la sesión, tres horas antes. El titular del Congreso prefirió quedarse ...

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presidente del Congreso, es un incomprendido al que los parlamentarios no perdonan un tanto así. Resulta que el pasado miércoles, cuando el comunista Santiago Carrillo, interrumpido y llamado al orden por el presidente por nombrar al ex director general de RTVE Carlos Robles Piquer, abandonó la tribuna diciendo que la actitud de Peces-Barba parecía la de un juicio sumarísimo o un colegio de párvulos, éste tenía unas décimas de fiebre y sus colaboradores le habían aconsejado que se marchara a casa al inicio de la sesión, tres horas antes. El titular del Congreso prefirió quedarse y tuvo algún que otro desliz, como llamar a Carrillo "señor Fraga".

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