La ejecutiva socialista, preocupada por las crisis regionales en el partido

La ejecutiva federal del Partido Socialista Obrero Español se muestra "muy preocupada" ante el estallido simultáneo de diversos conflictos regionales en el partido, lo que es interpretado como "el primer indicio de lo que podría ser una lucha por el poder ante la celebración del próximo congreso nacional". Medios de la ejecutiva señalaron que "no se tolerarán los abusos ni los casos de corrupción", pero, al mismo tiempo, tampoco la proliferación de denuncias y dossiers "que, en no pocas ocasiones, no esconden sino ambiciones personales".

Dirigentes nacionales del PSOE se reunirán esta s...

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La ejecutiva federal del Partido Socialista Obrero Español se muestra "muy preocupada" ante el estallido simultáneo de diversos conflictos regionales en el partido, lo que es interpretado como "el primer indicio de lo que podría ser una lucha por el poder ante la celebración del próximo congreso nacional". Medios de la ejecutiva señalaron que "no se tolerarán los abusos ni los casos de corrupción", pero, al mismo tiempo, tampoco la proliferación de denuncias y dossiers "que, en no pocas ocasiones, no esconden sino ambiciones personales".

Dirigentes nacionales del PSOE se reunirán esta semana con dos de las ejecutivas regionales en conflicto: mañana, lunes, con la de Murcia, en un intento de poner fin a la crisis socialista en la región, que afectó también al Gobierno autónomo presidido por Andrés Hernández Ros. El segundo encuentro tendrá lugar con la ejecutiva regional de Aragón, que amenaza con expedientes y suspensión de militancia a 10 concejales de Zaragoza.Paralelamente, los socialistas deben hacer frente a la crisis suscitada en Castilla y León en torno a la figura del secretario general regional y presidente del Gobierno autónomo, Demetrio Madrid, cuya reelección en el congreso regional celebrado a finales de enero significó "un cierre en falso" para el conflicto, en opinión de un dirigente federal del PSOE. Según este mismo dirigente, el tema de Demetrio Madrid podría reabrirse en los próximos meses si éste no consigue solventar los problemas económicos surgidos en su empresa, razón que le valió las críticas y las peticiones de dimisión de una parte de los dirigentes regionales, en especial los vallisoletanos Juan Colino y Juan Antonio Arévalo.

La crisis abierta en Cantabria viene ahora a unirse a las de Murcia, Aragón, Castilla y León, y a la de Andalucía, ésta solventada con la dimisión de Rafael Escuredo y su sustitución por José Rodríguez de la Borbolla al frente de la Junta autonómica. La aparición de un informe en la Prensa acerca de una presuntamente deficiente gestión económica por parte del secretario regional cántabro, Jaime Blanco, y su equipo, hizo estallar un enfrentamiento larvado: el consejo regional se reunió ayer para decidir las medidas a tomar contra siete. miembros de la ejecutiva regional, encabezados por el sacerdote Adolfo Linares. Éstos acusan a Blanco -quien cuenta con el apoyo incondicional de los máximos dirigentes socialistas- de "maneras personalistas".

También un informe, inicialmente aparecido en El Heraldo de Aragón, y donde se acusaba al primer teniente de alcalde, Santiago Vallés, de practicar el nepotismo en su gestión municipal, fue el detonante último en la crisis del PSOE regional. La aún no abierta sucesión del alcalde zaragozano, Ramón Sainz de Varanda -quien, en caso de renunciar al cargo por enfermedad, sería normalmente sustituido por Vallés-, se encuentra, obviamente, en el fondo de la filtración de este informe. La solidaridad de 10 concejales con Vallés ha puesto en marcha otros tantos expedientes de suspensión de militancia, si estos concejales no rectifican, antes del próximo día 15, las afirmaciones hechas en un manifiesto en el que criticaban severamente a la ejecutiva regional. Por su parte, ésta ha propuesto a la ejecutiva federal que destituya de todos sus cargos políticos al primer teniente de alcalde zaragozano.

La 'Iarga mano' de Alfonso Guerra

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La propia Federación Socialista de Madrid experimentó una "conmoción interna", que apenas tuvo trascendencia para la opinión pública, cuando un grupo de militantes, aglutinados en torno al médico Lucas Fernández, y que, según fuentes oficiales, podrían representar a un 6% de los afiliados madrileños, hizo circular un documento atacando la gestión del presidente regional, Joaquín Leguina. La promoción del documento, firmado por algunos ex guerristas, pero no por miembros de la llamada Izquierda Socialista, se considera "un primer paso" en la que podría ser una batalla interna dentro de la FSM en los próximos meses, dado que la representación de Madrid en el próximo congreso del PSOE será "clave" para el resultado del mismo.Medios socialistas afirman que existen aún otros conflictos regionales "en estado latente" y citan los casos de Castilla-La Mancha -cuyo presidente autonómico, José Bono, mantiene una pugna con el ministro de Educación y miembro de la ejecutiva federal, Jose María Maravall, a causa de la proyectada universidad manchega- y Extremadura. Sectores críticos a la actual ejecutiva federal afirman que varios de estos conflictos podrían salir a la luz pública, "en el momento más conveniente" y dan a entender que los mecanismos para hacerse con el control del XXX congreso federal del PSOE, que tendrá lugar el próximo mes de diciembre, ya se han puesto en marcha. Estos mismos sectores admiten que "sería aventurado ver la larga mano de Alfonso Guerra en todos estos temas", ya que no todas las crisis surgidas hasta el momento benefician a los hombres del vicepresidente y vicesecretario general del partido.

Pero todos admiten que, desde su despacho en la Moncloa, Guerra continúa teniendo una excepcional información de cuanto ocurre, por mínimo que sea. La forma "rocambolesca" en que ha estallado alguna de las crisis regionales -como Murcia- y los medios similares empleados para hacer surgir otras hacen pensar a los adversarios del vicepresidente dentro del PSOE en la probabilidad de que "haya un mismo cerebro moviendo algunos hilos, aunque no todos".

Por su parte, miembros de la Izquierda Socialista se declararon "ajenos a cualquier lucha por el poder", y subrayaron que pondrán en marcha una "ofensiva por una posición ideológica" en los próximos meses.

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