Los sindicatos de propietarios llegan al mundo de las carreras

Sindicatos de propietarios integrados por millonarios y dueños de cuadras de pura sangre han irrumpido en el mundo de las carreras de caballos. La compra de un campeón, la posterior emisión de sus acciones y la venta de sus cubriciones se ha convertido en un negocio que deja muchos beneficios. En EE UU, Francia e Inglaterra la sindicación de un caballo es práctica habitual. Shergar fue uno de los pura sangre que alcanzó un precio más alto: 2.000 millones de pesetas.

Con el inicio de cada temporada de carreras de caballos se pone en marcha la industria del pura sangre que marcha paralela...

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Sindicatos de propietarios integrados por millonarios y dueños de cuadras de pura sangre han irrumpido en el mundo de las carreras de caballos. La compra de un campeón, la posterior emisión de sus acciones y la venta de sus cubriciones se ha convertido en un negocio que deja muchos beneficios. En EE UU, Francia e Inglaterra la sindicación de un caballo es práctica habitual. Shergar fue uno de los pura sangre que alcanzó un precio más alto: 2.000 millones de pesetas.

Con el inicio de cada temporada de carreras de caballos se pone en marcha la industria del pura sangre que marcha paralela a este deporte. Hombres con gran experiencia dentro del turf -habitualmente preparadores o jinetes retirados-, contratados por grupos inversores, se desplazan por todo el mundo en busca de futuros campeones, que pasarán a ser más tarde propiedad de una sociedad o sindicato de propietarios que emitirá acciones que serán vendidas en varios cientos de millones. A partir de ese momento comienza a ponerse en marcha un gran negocio que consiste en vender a precios muy elevados las cubriciones de estos caballos.Shergar, el caballo secuestrado hace ahora un año, ha sido uno de los ejemplares que se sindicó más caro. Por cuarenta acciones que se pusieron a la venta sus propietarios pagaron 2.000 millones de pesetas. La sociedad se formó antes de que el caballo abandonara su vida en la competición. El agá Ján, el primer propietario de Shergar, recibió nada más terminar su campaña a tres años muchas ofertas de compra, una de ellas especialmente interesante, por su cuantía, procedente de Estados Unidos.

El príncipe de los ismaelitas es un hombre inmensamente rico y por ello pudo permitirse el lujo de desechar estas ofertas que pretendían hacer que su caballo enriqueciera la cría americana.

Entre los propietarios de Shergar se encuentran hombres muy conocidos como son: los millonarios árabes Mohamed Sheikh y Jalid Abdullah; el famoso propietario de caballos de carreras tejano, Robert Sangster; el armador griego, Stravos Niarcos y los aristócratas ingleses lord Derby, lord Boward de Walden y sir Philip Opienheimer. Todos los accionistas están identificados salvo dos.

Sindicación europea

El agá Ján, aunque desechó la oferta americana, ganó varios cientos de millones de pesetas por la sindicación europea de Shergar y se reservó seis acciones para poder hacer valer con más fuerza su opinión en el sindicato. Una de las primeras reuniones de la sociedad se produjo semanas antes de que se disputará el Arco de Triunfo.La sesión se convocó para decidir si el caballo debía o no correr esta carrera, considerada como una de las más importantes del mundo. El ser socio mayoritario en la sociedad propietaria de Shergar no le permitió cumplir uno de sus mayores deseos: que el caballo corriera la carrera francesa. Una oscura actuación en Inglaterra hizo que el sindicato prefiriera dejarlo en el box ante el temor de que su valoración disminuyera.

Pese a la desaparición de Sherghar, que iba a cobrar por cada cubrición 17 millones de pesetas, los accionistas han recuperado casi todo su dinero ya que habían suscrito un seguro con la compañia Lloyd's, que ha pagado tras la desaparición del caballo la cantidad de 1.568 millones de pesetas.

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