El Limoges no sorprendió al Barcelona

El Barcelona tenía que ganar al Limoges para seguir aspirando a la final de la Copa de Europa y lo hizo. No fue un partido brillante. El ambiente del Palau, por primera vez en esta competición, fue frío. La confianza, como se preveía, fue el peor aliado del Barcelona. Sólo la falta de disciplina en los hombres de Pierre Dao, en los instantes finales, hizo posible el triunfo barcelonista.El primer contratiempo para los franceses sería la persecución a que sometieron los incapacitados colegiados a Brosterhous, a los siete minutos ya tenía cuatro personales, y dos de ellas fueron señaladas de man...

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El Barcelona tenía que ganar al Limoges para seguir aspirando a la final de la Copa de Europa y lo hizo. No fue un partido brillante. El ambiente del Palau, por primera vez en esta competición, fue frío. La confianza, como se preveía, fue el peor aliado del Barcelona. Sólo la falta de disciplina en los hombres de Pierre Dao, en los instantes finales, hizo posible el triunfo barcelonista.El primer contratiempo para los franceses sería la persecución a que sometieron los incapacitados colegiados a Brosterhous, a los siete minutos ya tenía cuatro personales, y dos de ellas fueron señaladas de manera increíble en sendos errores arbitrales. Serra cambió mediado el primer período la defensa individual por una zona de asignación, que para algunos era zona de relajamiento. En estas condiciones el marcador tan pronto favorecía al Barcelona, como se reducían las diferencias. Las excentrecidades de Apolo y sus dos mates seguidos despertaron del letargo a los espectadores. Al descanso se llegaba 53-49.

El Barcelona volvió a salir lanzado como al principio y se situó en un 61-51. Pero, ell marcador se mantendría igualado e incluso con alguna ventaja visitante, hasta seis minutos antes del final. La fase intermedia del segundo período fue primero la de más calidad y luego la más emocionante. Serra no utilizó a Davis en los diez primeros minutos de este período, y solo volvió a la cancha cuando De la Cruz en un arrebato tras una de las increibles decisiones de los colegiados cometió una técnica que era su cuarta falta.

En el momento en que el partido se sentenciaba, Dao puso en la pista a Brosterhous y Serra a Sibilio. Con todos los pesos pesados de cada equipo en juego se iba a sentenciar el encuentro. Los franceses, cumpliendo las premisas de los equipos galos, no supieron mantener la concentración; faltaron a la disciplina de las indicaciones que Pierre Dao les estaba haciendo, y en tres minutos y medio sólo consiguieron una canasta.

En los otros partidos de la octava jornada de la Copa de Europa de Baloncesto, el Banco di Roma acabó con la imbatibilidad de la Jolly en Cantú después de ocho años. Su victoria por 71-79, iguala más las primeras posiciones. En Sarajevo, el Bosna mantuvo su serie de victorias al derrotar al Maccabi por 90-85. Los yugoslavos, que no han perdido ningún partido en su pista, siguen la lucha por la final. La clasificación mantiene a Jolly, Banco di Roma, Bosna y Barcelona igualados a 13 puntos; los dos equipos restantes, Maccabi y Limoges, ya no tienen opción a la final de Ginebra.

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