McEnroe asegura, el mismo día que se inicia el Masters, que es el numero 1

ENVIADO ESPECIAL, El Madison Square Garden de Nueva York se va a convertir esta semana en el centro de una lucha cruel por conseguir la designación oficial del mejor jugador de 1983. John McEnroe dejó bien clara su postura en la presentación oficial del Masters, que reúne a los 12 mejores tenistas del mundo: "Debo decir que soy el número 1. Wilander, quizás sea el numero 2, y después, Lendl o Connors". Esta pasada madrugada se habrá iniciado el Masters con los partidos de la primera fase que enfrentan al español José Higueras con el argentino José Luis Clerc y a los estadounidenses Jimmy Arias...

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ENVIADO ESPECIAL, El Madison Square Garden de Nueva York se va a convertir esta semana en el centro de una lucha cruel por conseguir la designación oficial del mejor jugador de 1983. John McEnroe dejó bien clara su postura en la presentación oficial del Masters, que reúne a los 12 mejores tenistas del mundo: "Debo decir que soy el número 1. Wilander, quizás sea el numero 2, y después, Lendl o Connors". Esta pasada madrugada se habrá iniciado el Masters con los partidos de la primera fase que enfrentan al español José Higueras con el argentino José Luis Clerc y a los estadounidenses Jimmy Arias y Johan Kriek.

La semana del Masters, con la que concluye oficialmente la temporada de 1983, se inició el lunes con una cena de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), en la que los tenistas votaron a los ganadores de los premios que tradicionalmente conceden. El español José Higueras se llevó el de la caballerosidad y deportividad. Higueras se ha ganado el respeto de sus compañeros por su comprensión con los errores arbitrales y su generosidad a la hora de valorar bolas dudosas de sus rivales.Los otros premios estaban cantados. El estadounidense Jimmy Arias, ganador de cuatro torneos en 1983 -entre ellos el de Roma y el Open de Estados Unidos sobre tierra batida-, fue elegido como el jugador que más ha mejorado. Scott Davis -23 años, Estados Unidos- fue designado mejor principiante en el circuito profesional. El australiano Rod Laver fue elegido mejor jugador del pasado en un premio especial que se le concedió. Laver es de los pocos que ha conseguido ganar el Grand Slam y lo hizo en 1962. Los jugadores coincidieron con la computadora de la ATP que, una semana atrás, había considerado a John McEnroe como mejor jugador del año. El orgullo de McEnroe debió crecerse ante la elección de sus compañeros. Poco antes, MacEnroe había dicho lo mismo sin morderse la lengua: "Soy el número 1". McEnroe colocó a Wilander como segundo jugador, tras él, naturalmente. El estadounidense considera que Wilander es el hombre que más está mejorando: «Ahora sé que hay un chico en el que siempre me tengo que fijar. Mats ha mejorado su servicio, volea mejor en estos momentos de su carrera que Borg, y tiene similares características. Además no tiene demasiado que perder cuando se enfrenta a sus mejores rivales".

McEnroe, sin embargo, tiene peor promedio que Wilander. En 1983, John ganó 60 partidos del Grand Prix y perdió 11, mientras Wilander, primer cabeza de serie del Masters y vencedor del Grand Prix, ha ganado 79 partidos por 10 perdidos, además de derrotar en tres ocasiones a McEnroe. El sueco ganó el Open de Australia, el torneo más infravalorado del Grand Slam, tras batir a McEnroe y Lendl. John venció en Wimbledon, en una final muy fácil ante el neozelandés Chris Lewis. Connors ganó el Open de Estados Unidos ante Lendl. Entre ellos tres debe estar el mejor jugador de 1983 que elige un jurado formado por ex tenistas, y cuya elección se aplazó a finales de diciembre hasta el domingo, después de cerrarse una de las temporadas más igualadas de los últimos años.

McEnroe, por primera vez en mucho tiempo, hizo propósito de enmienda. El descanso familiar y la madurez de sus casi 25 años parecen haberle hecho reflexionar. Cuando se le preguntó sobre su comportamiento irritable sobre las pistas, John, relajado, dijo: "He hecho algunos progresos, me crean ustedes o no. La gente que ha estado a mi alrededor en los últimos seis años sabe que he crecido y madurado. Creo que hay mucha más gente ahora que aprecia el que yo sea competitivo, intenso, que tenga mi propia personalidad y sabe que siempre doy lo mejor de mi mismo. Antes, solía pensar que debía protestar cualquier decisión en mi contra. Además ya sé que los árbitros no son perfectos, protestar siempre es darse cabezazos contra la pared".

Wilander fue más modesto. En la misma conferencia de prensa, dijo: "Yo no pretendo ser el número 1. Tampoco pretendía ganar el Open de Australia y lo gané, pero no creía ganar el Open de EE UU y no lo gane. Ahora sé que, aunque no lo crea, puedo ganar en cualquier sitio".

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