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Justo Fernández,

secretario general de UGT de banca, tuvo ayer un ligero despiste del que se dio cuenta en el aeropuerto de Barajas, cuando se disponía a tomar el avión con destino a Londres, para entrevistarse con Ruiz Mateos. El agente que comprobaba la documentación de los pasajeros miró el pasaporte, miró a Justo Fernández y volvió a mirar el pasaporte. Luego, exclamó: "Éste no es usted". Ésta, que no éste, no era en efecto Justo Fernández. Era su esposa, a quien realmente correspondía el pasaporte que el líder ugetista había cogido apresuradamente en su casa. Justo Fernández, en consecuencia...

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secretario general de UGT de banca, tuvo ayer un ligero despiste del que se dio cuenta en el aeropuerto de Barajas, cuando se disponía a tomar el avión con destino a Londres, para entrevistarse con Ruiz Mateos. El agente que comprobaba la documentación de los pasajeros miró el pasaporte, miró a Justo Fernández y volvió a mirar el pasaporte. Luego, exclamó: "Éste no es usted". Ésta, que no éste, no era en efecto Justo Fernández. Era su esposa, a quien realmente correspondía el pasaporte que el líder ugetista había cogido apresuradamente en su casa. Justo Fernández, en consecuencia, no pudo tomar el avión y hubo de aplazar la entrevista que, a instancias de Ruiz Mateos, iba a celebrarse ayer en la capital británica entre el dirigente de sindical y el expresidente de Rumasa. No obstante, aclaró que el próximo día 10 viajará a Londres, esta vez con su pasaporte y "pagándome de mi bolsillo el billete; porque todo lo que pueda contarme Ruiz Mateos me interesa mucho, aunque, desde luego, no voy a hacer de intermediario entre él y el Gobierno". Añadió que, a su juicio, el expresidente de Rumasa se encuentra acorralado y asustado "y, por eso, quiere hablar".

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