Pobreza española en instalaciones

España presenta un panorama muy pobre en cuanto a transportes para saltos con esquís, lo que contrasta notablemente con la mejoría técnica de sus saltadores. Tan sólo hay dos instalaciones que merezcan el nombre de trampolín y que estén homologadas por la Federación Internacional de Esquí (FIS).El trampolín de Astún (Huesca), construido para la Universiada de 1981, es el único de 70 metros (y, por tanto, de dimensiones olímpicas) que existe en el país. Costó 50 millones de pesetas, pagados por el Consejo Superior de Deportes, el cual se lo cedió a la Federación Española de Deportes de Invierno...

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España presenta un panorama muy pobre en cuanto a transportes para saltos con esquís, lo que contrasta notablemente con la mejoría técnica de sus saltadores. Tan sólo hay dos instalaciones que merezcan el nombre de trampolín y que estén homologadas por la Federación Internacional de Esquí (FIS).El trampolín de Astún (Huesca), construido para la Universiada de 1981, es el único de 70 metros (y, por tanto, de dimensiones olímpicas) que existe en el país. Costó 50 millones de pesetas, pagados por el Consejo Superior de Deportes, el cual se lo cedió a la Federación Española de Deportes de Invierno en concepto de instalación deportiva.

Este trampolín tiene algunos problemas, como puede ser el difícil acceso que tienen los espectadores (ya que está en medio de las pistas y hay que coger un telesilla), la falta de graderíos para éstos y su estructura metálica, lo que le da la homologación FIS (Federación Internacional de Esquí) hasta 1986, año en que será revisada para renovarla.

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El otro trampolín homologado por la FIS es el de 60 metros de La Molina (Geroña), bautizado con el nombre de Alberto Bofill. En éste se celebra, desde hace cinco años, la Copa de Su Majestad el Rey, prueba valedera para la Copa de Europa de Saltos.

Los demás trampolines son el Luis Arias, de 25 metros, situado en el puerto de Navacerrada (Madrid), cuya pista de recepción está junto a la cola de un telesquí; uno de 30 metros en La Molina; dos cuñas de iniciación, en Alto Campoo (Cantabria) y Candanchú (Huesca), donde la recepción se realiza muy cerca de un río, y el Sierra Nevada (Granada), donde preparan a veces una ladera para convertirla en un trampolín de cerca de 25 metros.

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