Crítica:El cine en la pequeña pantalla

'Subida al cielo' superrealismo y humor

Es lacónico Buñuel al hablar en sus memorias sobre Subida al cielo, (1951), pero no por ello menos entusiasta. Entresacando del texto, podemos leer: "Guardo bastante recuerdo de este relato inspirado en algunas aventuras acaecidas al productor de la película, el poeta español Manuel Altolaguirre, viejo amigo de Madrid, aunque todo fuera en un rodaje rápido y con una maqueta lamentable del autobús, que se bamboleaba por la montaña."También le afectaron los imprevistos de los rodajes mexicanos: "se preveían tres noches para rodar la escena del entierro de la niña mordida por una ví...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Es lacónico Buñuel al hablar en sus memorias sobre Subida al cielo, (1951), pero no por ello menos entusiasta. Entresacando del texto, podemos leer: "Guardo bastante recuerdo de este relato inspirado en algunas aventuras acaecidas al productor de la película, el poeta español Manuel Altolaguirre, viejo amigo de Madrid, aunque todo fuera en un rodaje rápido y con una maqueta lamentable del autobús, que se bamboleaba por la montaña."También le afectaron los imprevistos de los rodajes mexicanos: "se preveían tres noches para rodar la escena del entierro de la niña mordida por una víbora, pero las tres noches se convirtieron en sólo dos horas. En México me he visto obligado a una gran rapidez de ejecución... que a veces he lamentado luego."

Son numerosos los telespectadores que se han sorprendido con las primeras películas mexicanas de Buñuel al no haber descubierto en ellas todo el talento que se le ha reconocido al cineasta de origen español en cualquier rincón del mundo. Con excepción de Simón del desierto y Los olvidados, no ha habido otra película que ofreciera en primera visión el genio del maestro de Calanda. Sería largo y engorroso querer demostrar ahora que, con un ojo cómplice, también esas películas contenían suficientes síntomas de sus futuros trabajos maestros, pero, en todo caso, Subida al cielo es ya una prueba definitiva de su sorprendente visión del mundo, al filmar, alrededor de las aventuras de un hijo que debe encontrar un médico antes de que su madre muera sin testar, toda una fantasía sobre el amor y la muerte, la religión y la cultura, que atenta con ironía y rigor contra los cimientos morales de nuestra sociedad.

El humor y el surrealismo se aúnan de nuevo para sorprender y emocionar tanto a quien amara los melodramas anteriores del ciclo como los arriesgados experimentos de este cineasta sin par.

Lo explica con claridad el crítico británico Raymond Durgnat: "El tema real no son los sucesos en sí mismos, aunque sean entretenidos, sino los motivos biológicos del nacimiento, cópula y muerte, experiencias tan insensatas, aparentemente como el famoso empleado de banco que nunca estuvo más muerto que cuando vivía. Nacimientos, funerales, seducciones, entretejidos con alegría y alborozo, al estilo de Rabelais, sin estar exentos de ternura ni del absurdo trágico.". El humor, indispensable para acercarse, a las películas de Buñuel, tanto si se realizaron por razones alimenticias como en plena libertad creativa, es imprescindible para contemplar Subida al cielo, una de sus obras más desconocidas pero también más sugerentes. Quienes hayan desconfiado de la calidad de su filmografía por lo visto hasta ahora en el espléndido, y tantas veces pedido, ciclo de Buñuel, se encontrarán a partir de ahora ante indiscutibles muestras de su auténtica personalidad. Es por ello Subida al cielo, una película recomendable.

Subida al ciclo se emite hoy a las 21.30 por la segunda cadena.

Archivado En