Crítica:

Gonzalo Suárez: "Aunque pueda parecer un exabrupto, 'Parranda' es una película equilibrado

No ha sido nunca Gonzalo Suárez un cineasta fácil. Tampoco un hombre fácil. Ya desde los tiempos -era casi un crío- en que escribía masacrantes crónicas deportivas en el barcelonés El Noticiero Universal, bajo el seudónimo de Martin Girard -si alguien inventó el nuevo periodismo en este país, fue él-, Gonzalo Suárez no se parecía a los demás. Sus películas tampoco tenían que ver con las que hacían los otros; se hallaban, sobre todo, fuera de lo pensable. Suárez era entonces un ser bastante vanidoso, que estallaba en deseos de mostrar su talento.

Parranda es una pelí...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

No ha sido nunca Gonzalo Suárez un cineasta fácil. Tampoco un hombre fácil. Ya desde los tiempos -era casi un crío- en que escribía masacrantes crónicas deportivas en el barcelonés El Noticiero Universal, bajo el seudónimo de Martin Girard -si alguien inventó el nuevo periodismo en este país, fue él-, Gonzalo Suárez no se parecía a los demás. Sus películas tampoco tenían que ver con las que hacían los otros; se hallaban, sobre todo, fuera de lo pensable. Suárez era entonces un ser bastante vanidoso, que estallaba en deseos de mostrar su talento.

Parranda es una película realizada hace seis años, cuando Gonzalo Suárez ya sabía que el parquet de los sueños es una fantasía fabricada que debemos a los productores de sucedáneos. "Representa", dice, "el máximo exponente de lo que yo podía hacer dentro del cine español del momento. Porque era una película en la que yo adaptaba una obra de Eduardo Blanco Amor y, a la vez, me adaptaba a, y controlaba un encargo profesional, con un reparto de excepción".

"En ese aspecto", añade, "creí que iba a ser mi encuentro definitivo con el cine español. Y, en efecto, creo que la película marcaba un techo. Por un lado, a niveles narrativos; por otro, a nivel de interpretación, y quizás concretamente en el caso de Antonio Ferrandis, aunque no me gusta destacar a nadie. Hay en Parranda una interpretación casi biológica: a la aventura anecdótica se unía una aventura física, al hacer la película en ese paisaje de carbón, en los parajes abruptos de los alrededores de Llanes, en Asturias. Creo que tiene fuerza y vida".

Es una película que Gonzalo Suárez recuerda bien, "al contrario de otras mías, de las que no me acuerdo, y de otras de las que prefiero no acordarme. Estoy seguro de que aguanta".

Tiene una anécdota curiosa, Parranda, y es que la Junta Militar argentina la prohibió en aquel país. "Y el productor, que era estupendo y estaba enamorado de la película, se cabreó tanto que le puso un pleito a la Junta; creo que fue el primero que se opuso a la censura argentina. Claro, no prosperó".

Suárez, para quien lo habitual es sufrir como un condenado cada vez que dirige, por falta de dinero, por problemas múltiples, afirma que en esta ocasión "todo funcionó perfectamente. Trabajé y cobré, y tengo la impresión de haber hecho una buena película. Tuvo una excelente acogida de la crítica, aunque luego su trayectoria comercial no fue muy buena, yo creo que porque se estrenó en plenas elecciones, las primeras, y en un cine de segunda categoría. Pero ha quedado como una película de la que todo el mundo habla con respeto. No se va a pedir, encima, que sea un éxito de público".

No sabe qué les puede parecer a los telespectadores, "porque no pensé en ellos entonces. Tal vez va a resultarles una especie de exabrupto que les metan esa película en casa, pero yo creo que ya es hora de que vayan viendo un poco de todo". Dice que "hay en la película otro aspecto: creo que se da un buen equilibrio entre el enfoque naturalista de la novela, que queda claro, y, digamos, mis veleidades extra-realistas, por llamarlas de alguna manera. Está ahí, bien equilibrada, la mezcla de géneros que me obsesiona".

Gonzalo Suárez acaba de rodar Epílogo, que marca su retorno al cine después de una ausencia de casi cinco años.

Parranda se emite hoy, domingo, a las 22.30 horas, por la segunda cadena.

Archivado En