País Vasco

Muere un soldador al hundirse un puente que reparaba cuando lo cruzó un tren de cercanías

El derrumbamiento, a la altura de la localidad vizcaína de Zalla, de un viejo puente de hierro en el momento en que lo atravesaba un tren de cercanías, provocó ayer la muerte de un soldador que efectuaba trabajos de reparación en la estructura metálica del puente. La víctima, un asturiano de 43 años de edad, quedó materialmente incrustada en un lateral de la locomotora. Otras dos personas resultaron heridas.

El accidente se produjo minutos antes de las 10 de la mañana en las inmediaciones del apeadero de Aranguren, barrio del municipio de Zalla. El tren, compuesto por la locomotora, un ...

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El derrumbamiento, a la altura de la localidad vizcaína de Zalla, de un viejo puente de hierro en el momento en que lo atravesaba un tren de cercanías, provocó ayer la muerte de un soldador que efectuaba trabajos de reparación en la estructura metálica del puente. La víctima, un asturiano de 43 años de edad, quedó materialmente incrustada en un lateral de la locomotora. Otras dos personas resultaron heridas.

El accidente se produjo minutos antes de las 10 de la mañana en las inmediaciones del apeadero de Aranguren, barrio del municipio de Zalla. El tren, compuesto por la locomotora, un vagón calefactor, un vagón correo y cuatro unidades; de viajeros, había partido de Bilbao, en director a Valmaseda, a las 9.10 horas de la mañana. Tres cuartos de hora después, y a marcha muy lenta, iniciaba el cruce del puente metálico que une ambas orillas del río Cadagua, entre el almacén de la factoría de la Papelera Española y el apeadero.Tres trabajadores, empleados de la empresa asturiana Fuente Trubia, especializada en reparaciones de puentes metálicos, se apartaron a ambos lados de la vía para permitir el paso del ferrocarril. Al llegar la locomotora a la mitad del puente, la estructura de este cedió por uno de sus costados. El soldador José Menéndez González, natural de Santa María de Grado (Asturias), de 43 años de edad, casado y padre de una niña de 12 años, fue impelido por la inercia hacia los bajos de la máquina, quedando incrustado de cintura para arriba, en una posición inverosímil, en el fuselaje de la locomotora.

Vecinos del barrio calificaron de viejísimo al puente. Desde hace unos 10 días, cuatro obreros trabajaban en él, sustituyendo las piezas más dañadas por el tiempo y la corrosión. Al parecer, según información, recogida en el lugar, la sustitución de las piezas y sus remaches correspondientes se estaban realizando a pequeños tramos, dada la antigüedad de la estructura, cuyos pilares, por lo demás, se habían visto afectados por corrimientos de tierra provocados por las inundaciones de agosto.

56 toneladas

Una fuente técnica solvente que había inspeccionado el lugar aventuró la hipótesis según la cual el derrumbamiento se habría producido al coincidir el tramo de la estructura que se estaba sustituyendo con la junta entre dos raíles. El puente habría cedido en ese punto precise, bajo el peso -56 toneladas- de la locomotora, provocando a su vez la ruptura de la baranda de protección lateral, que quedó doblada en forma de V, impulsando a José Menéndez contra la máquina.José Manuel Álvarez González de 48 años, compañero y amigo íntimo de la víctima, que trabajaba al otro lado de la vía, fue arrojado al cauce del río. Pese a que, según se comprobó más tarde, sufría lesiones de consideración, fractura costal y contusiones múltiples, José Manuel Álvarez intentó rescatar a su amigo de entre los hierros de la locomotora. Luis Manuel Fernández Alonso, compañero de los anteriores, que resultó ileso merced a que en el momento del accidente se encontraba operando en una máquina auxiliar -una perforadora de metales- situada en el próximo andén, intentó también rescatar el cuerpo de la víctima con un soplete.

El doble peligro de incendio de la máquina, por una parte, y de hundimiento total del puente, por otra parte, hizo que ambos tuvieran que desistir de su empeño. Un cuarto trabajador, José Manuel García Pérez, también resultó herido, con contusiones en la región pélvica. Tanto el conductor de la locomotora, José Ignacio Barzanilla, de 21 años, natural de Rentería (Guipúzcoa), como los ocupantes de los vagones destinados a viajeros, resultaron ilesos.

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Durante largas horas el cuerpo inerte de José Menéndez permaneció pendiendo sobre el cauce del Cadagua, atrapado en la máquina, sin que los servicios de auxilio pudieran hacer nada por rescatarle. Hacia las 14.30 horas llegaba al lugar una grúa de grandes dimensiones con el fin de intentar retirar la locomotora antes de que se produjera el derrumbamiento definitivo del puente.

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