Iglesias está dispuesto a ofrecer propuestas conciliadoras

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Gerardo Iglesias, se muestra dispuesto a lanzar propuestas "conciliadoras" en la sesión que mañana iniciará el Comité Central, según fuentes de este partido. El equilibrio de fuerzas ante el Congreso Nacional comunista, que comenzará el próximo miércoles, parece haber inducido a Iglesias a dulcificar un tanto sus posiciones, ante el riesgo de no contar con una mayoría suficiente de delegados como para ser reelegido.

Los seguidores de Santiago Carrillo parecen hacer cuestión esencial de que Iglesias no siga al frente del parti...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Gerardo Iglesias, se muestra dispuesto a lanzar propuestas "conciliadoras" en la sesión que mañana iniciará el Comité Central, según fuentes de este partido. El equilibrio de fuerzas ante el Congreso Nacional comunista, que comenzará el próximo miércoles, parece haber inducido a Iglesias a dulcificar un tanto sus posiciones, ante el riesgo de no contar con una mayoría suficiente de delegados como para ser reelegido.

Los seguidores de Santiago Carrillo parecen hacer cuestión esencial de que Iglesias no siga al frente del partido, si bien no se vislumbra cuál puede ser su alternativa. Ni el secretario general de Madrid, Adolfo Piñedo, ni el vicesecretario general, Jaime Ballesteros, ambos fieles a Carrillo, parecen desear constituirse en los nombres que supongan la alternativa frente a Iglesias, y es escasamente probable una solución intermedia, como la que podría representar el canario José Carlos Mauricio. Mauricio presentó ayer una solución-puente durante la reunión del comité ejecutivo del Partido Comunista de España, ante el que Iglesias leyó un informe conciliador en algunos aspectos hacia el carrillismo. Las mayores discusiones se centraron en torno a la propuesta, lanzada por Carrillo en unas declaraciones periodísticas y presentada ayer formalmente por Jaime Ballesteros ante la ejecutiva, de aplazar sin fecha el congreso, dada la situación que vive el partido ante la celebración de esta cumbre. La pro puesta fue derrotada, pero, sin duda, no dejará de reaparecer durante las discusiones, mañana y el viernes, en el Comité Central.

Por su parte, Mauricio lanzó la idea de centrar las discusiones tan sólo en los puntos que diferencian a los dos sectores básicos del partido, gerardistas y carrillistas, dando por sentados los puntos que unen a todos, lo que supondría indirectamente abreviar el congreso. Pero esta idea también pareció caer en el vacío, en medio de un ambiente de crispación que, no obstante, no se reflejó en el tono de las intervenciones en la ejecutiva, a cuya sesión de tarde no asistió Carrillo.

Finalmente, el informe leído por Iglesias, que será presentado mañana al Comité Central, registró 17 votos favorables, 5 en contra (los de los carrillistas Adolfo Piñedo, Jaime Ballesteros, Ignacio Latierro, Leopoldo, Alcaraz y Julián Ariza) y las abstencionesd de los intermedios José Carlos Mauricio y Anselmo Hoyos. Este informe trata de llegar a un acuerdo con los carrillistas en cuestiones de política internacional y nacional (por ejemplo, se endurece notablemente el tono a la hora de valorar la política socialista, dando así satisfacción al sector de Carrillo). También se ha hablado, según el portavoz oficial del PCE, el gerardista Andreu Claret, de la necesidad de proseguir con una política "más comunista", que suponga un giro a la izquierda.

Sin embargo, de acuerdo con la versión de Adolfo Piñedo, nunca se mencionó tal giro a la izquierda propugnando por los carrillistas: "Toda la estrategia de Gerardo consiste en abrir el partido a la derecha", acusó Piñedo.

Para el secretario regional de Madrid, que admite la existencia de un acercamiento en temas "políticos", la clave de las divergencias se centra en dos cuestiones: la vuelta de los renovadores expulsados por Carrillo -lo que, para Piñedo, confimaría un giro a la derecha- y la crítica histórica a la labor del ex secretario general Santiago Carrillo. "Carrillo es una figura histórica en el partido, guste o no guste, y de ahí hay que partir", afirma Piñedo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En