Los democristianos hacen 'balance de la sociedad española en 1983'

En plena travesía del desierto, descabalgados del poder, pero con el confort residual de los escalafones funcionariales o el cariño recuperado de la empresa privada, algunos significados hombres del democristiano Partido Demócrata Popular (PDP), que preside Óscar Alzaga, han hecho un alto en el hotel Alfonso XIII de Sevilla para trazar su Balance de la sociedad española en 1983, bajo los auspicios de la fundación alemana occidental Konrad Adenauer y la coordinación del profesor Rafael López Pintor.Hombres de la Universidad, como José Juan Toharia; de la banca, como Gregorio Marañón o Ma...

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En plena travesía del desierto, descabalgados del poder, pero con el confort residual de los escalafones funcionariales o el cariño recuperado de la empresa privada, algunos significados hombres del democristiano Partido Demócrata Popular (PDP), que preside Óscar Alzaga, han hecho un alto en el hotel Alfonso XIII de Sevilla para trazar su Balance de la sociedad española en 1983, bajo los auspicios de la fundación alemana occidental Konrad Adenauer y la coordinación del profesor Rafael López Pintor.Hombres de la Universidad, como José Juan Toharia; de la banca, como Gregorio Marañón o Manuel Torres Rojas; de la anterior Administración, como Javier Tusell, Eugenio Nasarre, Javier Rupérez o Ignacio Wert, o del mundo atlántico, como el colaborador de Fortune Everett Ladd y el director de estudios latinoamericanos de la universidad de Carolina del Norte, Enrique Baloyra, abordaron en sus ponencias los renglones de opinión pública, económico, cultural e internacional de la actividad gubernamental socialista en sus 12 primeros meses.

Mientras la Internacional Democristiana negaba en su última reunión el ingreso como miembro de pleno derecho al PDP, merced a los votos contrarios de los nacionalistas del PNV y de la Unió Democrática de Catalunya (UDC), la Fundación Konrad Adenauer tiene muy clara su opción, y el encuentro sevillano de este fin de semana viene a confirmarlo.

Bernhard Hagemeyer, activo delegado de la fundación democristiana de Alemania Occidental, y sus compatriotas y colegas de la fundación socialdemócrata Ebert y de la liberal Naumann, han desempeñado y desempeñan un papel en la política española sobre el que apenas se ha reparado, pero quien lo ignore no podrá explicarse coherentemente la transición en nuestro país.

Las jornadas sevillanas de la Fundación Konrad Adenauer constituyen un indicador interesante de la presión interior del PDP y permiten pulsar las actitudes y el tono de quienes se autoestiman alternativa al actual Gobierno del PSOE. Las lecciones desarrolladas por los ponentes y los debates abiertos que las continuaron fueron esclarecedores y dejaron al descubierto algunas diferencias importantes. Frente a una línea de análisis cuidadosa de integrar en el balance de 1983, junto a la acción gubernamental, las condiciones en que debió ejercerse, y de ponderar las inercias recibidas, mantenida con rigurosidad y elegancia por Gregorio Marañón, Manuel Torres Rojas y José Juan Toharia, contrastaban el aire sarcástico de Javier Rupérez -encerrado en una obsesión crítica más. allá de sus haberes específicos-, la brillantez algo amnésica de Javier Tusell y la buena voluntad extrapolada hasta la insólita propuesta de integrar el diario Pueblo en el INI, avalada por Eugenio Nasarre.

Para un público democristiano, los datos demográficos y de opinión aportados por José Juan Toharia tuvieron perfiles sorprendentes. Así, el envejecimiento relativo de la población, la desaceleración del crecimiento de las grandes ciudades y el trasvase del centro a la periferia, y la constatación de que los españoles resultamos ser, en el contexto europeo, quignes, en cuestiones referidas a la vida matrimonial y sexual mantenemos actitudes relativamente más inconormistas y permisivas. n punto de esperanza electoral en las actitudes más conservadoras de las poblaciones más envejecidas y un punto de incertidumbre en el significado del inconformismo.

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