Crítica

'El intendente Sansho', una obra maestra

Parece que el ciclo dedicado por TVE al cine japonés no cuenta con el favor de la gran masa de televidentes. Ciertamente se trata de un cine con frecuencia trabajoso de seguir para el espectador no acostumbrado a la peculiar cadencia lenta que los cineastas japoneses suelen imprimir en sus obras. Esta cadencia, en casos extremos como el del director Ozu, es incluso irritante y requiere un acostumbramiento previo, que no ha tenido lugar. Ojalá que, tras la emisión de este ciclo, prenda algo la afición a ver este tipo de películas, porque hay algunas que realmente merece la pena ver. Hay filmes ...

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Parece que el ciclo dedicado por TVE al cine japonés no cuenta con el favor de la gran masa de televidentes. Ciertamente se trata de un cine con frecuencia trabajoso de seguir para el espectador no acostumbrado a la peculiar cadencia lenta que los cineastas japoneses suelen imprimir en sus obras. Esta cadencia, en casos extremos como el del director Ozu, es incluso irritante y requiere un acostumbramiento previo, que no ha tenido lugar. Ojalá que, tras la emisión de este ciclo, prenda algo la afición a ver este tipo de películas, porque hay algunas que realmente merece la pena ver. Hay filmes japoneses, ciertamente pocos, que han obtenido en el pasado cierto éxito de público en, España, como es el caso de algunos de Akira Kurosawa, Nagisa Oshima y Kenji Mizoguchi. De este último es la película que hoy emite el ciclo televisivo japonés. Se titula El intendente Sansho, es una de sus últimas obras -se realizó en 1954 -y Mizoguchi murió en 1956- y hay quien la considera no sólo una de las obras más interesantes de este singular cineasta, sino un auténtico monumento lírico del cine japonés en conjunto.Es, ciertamente, un filme hermoso y, si se contempla sin prejuicios, transparente de factura construcción e interpretación Kenji Mizoguchi es un clásico in discutible del cine japonés. Su filmografía se extiende desde 1922 al mismo año de su muerte, y abarca más de un centenar de títulos, qué hacen de él uno de los grandes del cine mundial de todos los tiempos. En verdad su cadencia narrativa es lenta -es esta una característica común a prácticamente todo el cine de este país- pero no puede tomar se esta peculiaridad como, una patente de corso para negar el pan y la sal a quienes, como Mizoguchi, derrocharon en su " larga carrera talento, exquisitez y amor al cine.

El intendente Sansho cuenta la historia y saga de una noble familia medieval, época que los clásicos del cine japonés, tal vez por raras permanencias, en la historia reciente de su país, sacan a relucir muy frecuentemente en sus filmes. Es una historia llena de dolor, amor y patetismno, cercana al más refinado filón de los melodramas miserabilistas tradicionales, pero narrada. con una limpieza y una intensidad realmente conmovedoras, que ningún amante del buen cine, a condición de que sepa encajar la exótica cadencia de este tipo de filmes, debe dejar de contemplar con detenimiento, y, sobre todo dejando fuera los prejuicios adquiridos en años y décadas de desconocimiento absoluto, pues la mayoría de ellos jamás fueron exhibidos en España, de este tipo de filmes. El intendente Sansho se emite hoy a las 21.30 por la segunda cadena.

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