El Cajamadrid no vapulea al Estudiantes

El Cajamadrid confirmó su condición de favorito aun a costa de un notable esfuerzo para doblegar a un Estudiantes que ha fichado a una de las mejores parejas de americanos que se van a poder contemplar en este campeonato. Al menos, dos americanos tan eficaces que pueden convertir al otrora debilucho equipo estudiantil en un conjunto aguerrido y peligroso. Tomás González, técnico del Cajamadrid, sufrió con las manos en la cabeza en algunos instantes y hubo de poner orden en ocasiones porque, sobre todo en la segunda parte, el conjunto local provocó tal alteración en el juego que redujo diez pun...

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El Cajamadrid confirmó su condición de favorito aun a costa de un notable esfuerzo para doblegar a un Estudiantes que ha fichado a una de las mejores parejas de americanos que se van a poder contemplar en este campeonato. Al menos, dos americanos tan eficaces que pueden convertir al otrora debilucho equipo estudiantil en un conjunto aguerrido y peligroso. Tomás González, técnico del Cajamadrid, sufrió con las manos en la cabeza en algunos instantes y hubo de poner orden en ocasiones porque, sobre todo en la segunda parte, el conjunto local provocó tal alteración en el juego que redujo diez puntos en breves momentos.A los diez minutos de juego, con ambos equipos en defensa individual, el marcador se aupó a un empate a 20 que significaba que el Estudiantes no estaba dispuesto a cumplir con el requisito de conceder los dos puntos a uno de los favoritos del grupo. Si el Cajamadrid dicen que puede ir para matagigantes, el Estudiantes quería hacerse con el cadáver del David del campeonato. Si Llorente y Mckoy eran los encargados de mantener su marcador, el Estudiantes mostraba un Stotts acertadísimo en sus intervenciones, un Aleksinas muy trabajador y cierto mandato sobre los rebotes. La suerte se quebró al no aprovecharse algunas circunstancias favorables para rematar tanta captura sobre tableros. Si ello hubiera ocurrido, el Cajamadrid hubiera empalidecido de forma total. Tras un renacimiento de Brabender y varios descuidos defensivos, al descanso se llegó con un 45-49.

La segunda parte fue emocionante porque, además, el Estudiantes superó en dos ocasiones distancias de diez puntos de su rival. Hubo rapidez en la cancha y aciertos repartidos.

El Estudiantes, quizás, movió en exceso el banquillo, cuando realmente sólo había un peligro serio de expulsión, y el Cajamadrid se escapó ligeramente.

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