El Madrid ganó su trofeo y mantuvo la esperanza

El Madrid ganó su trofeo y mantuvo la esperanza de su afición. Pero la temporada, con la baja de Stielike, es más que una incógnita. Lozano jugó bien sólo la segunda parte y es una atracción por su clase, pero el equipo, en general, pareció prendido con alfileres. Ante todo un Hamburgo pudo dar la sensación de que el triunfo es importante, pero el campeón de Europa no se esforzó ni aprovechó sus oportunidades.Con la táctica habitual del 4-42 flexible, el Hamburgo remontó fácilmente el primer tanto madridista. Marcó dos goles preciosos y precisos, el segundo todo un modelo en el que los rivales...

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El Madrid ganó su trofeo y mantuvo la esperanza de su afición. Pero la temporada, con la baja de Stielike, es más que una incógnita. Lozano jugó bien sólo la segunda parte y es una atracción por su clase, pero el equipo, en general, pareció prendido con alfileres. Ante todo un Hamburgo pudo dar la sensación de que el triunfo es importante, pero el campeón de Europa no se esforzó ni aprovechó sus oportunidades.Con la táctica habitual del 4-42 flexible, el Hamburgo remontó fácilmente el primer tanto madridista. Marcó dos goles preciosos y precisos, el segundo todo un modelo en el que los rivales parecieron figuras clavadas viendo pasar el balón, y pudo lograr dos más a continuación. San José remató en una carambola al larguero y Schroder, tardó un minuto en colocarse un balón, completamente solo en el punto e penalti. Pero al Madrid no se le pueden hacer concesiones, porque aún le quedan Isidros para los triunfos con goles decisivos y un Santillana que se ha convertido en su principal llave goleadora. Marcó el gol psicológico antes del descanso y, después, vio anulado otro clarísimo.

JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ, Madrid

Director: Steve Miner. Producción: Frank Mancuso, hijo. Fotografía: Gerald Feil Intérpretes: Dana Kimmell, Paul Kratka, Richard Brooker. Norteamérica, 1983. Aventuras.Local de estreno: Bulevar.

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El Madrid, ante un Hamburgo soso, que pensaba más en su Bundesliga, asustado por las lesiones de Schauschneider, el sustituto de Hrubesch, y Hartwig, en dos caricias blancas, no brilló excesivamente. Siguió olvidando el juego por los extremos y recurrió a sus recursos de siempre. Funcionó mejor cuando Di Stéfano sacó a Angel, pues no hacía nada con cuatro defensas atrás. Cara a la Liga ya inmediata, con más firmeza e interés en los rivales, el panorama está por descubrir.

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