Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Pretender aclarar el misterio

El cine y el periodismo han coincidido en muchas ocasiones, pero nunca ha resultado afortunado el intento de llevar el primero a desempeñar las funciones del segundo. A raíz del éxito internacional de Z, en todos los países se extendió la fiebre de convertir la política en materia filmable, recurriéndose casi siempre a las fórmulas del thriller.Acción ejecutiva hay que situarla en ese contexto, entenderla como uno de esos tradicionales productos de la mala conciencia liberal americana, dispuesta a hacer verdad, una vez más, aquello de que son ellos quienes mejor han sabido criticar a su...

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El cine y el periodismo han coincidido en muchas ocasiones, pero nunca ha resultado afortunado el intento de llevar el primero a desempeñar las funciones del segundo. A raíz del éxito internacional de Z, en todos los países se extendió la fiebre de convertir la política en materia filmable, recurriéndose casi siempre a las fórmulas del thriller.Acción ejecutiva hay que situarla en ese contexto, entenderla como uno de esos tradicionales productos de la mala conciencia liberal americana, dispuesta a hacer verdad, una vez más, aquello de que son ellos quienes mejor han sabido criticar a su país y el sistema que lo rige. En Acción ejecutiva se pretende explicar lo que hubo detrás del asesinato de John F. Kennedy.

El autor de las suposiciones es Mark Lane, y quien las convirtió en guión, el acreditado Dalton Trumbo. El resultado es notablemente confuso y pobre; enredados todos, director, actores y guionistas, en un cúmulo de hipótesis que, por no excluir ninguna posibilidad ni vinculación, acaban por no sugerir nada.

La película tiene la correcta factura que puede esperarse de un director con oficio como David Miller; pero se queda en eso, en corrección; Burt Lancaster y Robert Ryan son lo más interesante de este fallido filme de denuncia política.

Ambos son actores excelentes, y el segundo siempre fue un modelo de concisión y exactitud interpretativas. En cualquier caso, su esfuerzo sirve para hacer más digerible esa Acción ejecutiva -el título sugiere una organización legal del crimen, en la que éste siempre es aludido mediante eufemismos-, sirve para que el espectador se deje llevar por las imágenes y las escenas de acción y se olvide de si Kennedy realmente estaba dispuesto a pactar con la Unión Soviética, entregar el Vietnam a Ho Chi Minh y proponer a Luther King como su sucesor.

Burt Lancaster ha intervenido en otros títulos de cariz político, donde la estrategia de los grandes estados se convierte en un tema argumental. Baste citar, como recordatorio más cercano, su papel de militar en Alerta misiles, un filme que estaría en la línea de Acción ejecutiva, al aparentar un atrevimiento político que, en realidad, mixtifica los parámetros que pueden explicar el acontecimiento narrado, ya sea el asesinato de un presidente o el peligro de una guerra nuclear.

La presencia de Dalton Trumbo, como guionista, no es suficiente garantía. Trumbo fue perseguido por el Comité de Actividades Antinorteamericanas y pasó a las listas negras de la industria de Hollywood que, oficialmente, no le daba trabajo, pero toleraba su colaboración con seudónimo, treta que condujo a la paradoja de que Trumbo, en plena represión, ganara un oscar.

Acción ejecutiva se emite hoy a las 22.00 horas por la segunda cadena.

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