El cine en la pequeña pantalla

Historia de artistas

Hollywood y Broadway cultivaron el espectáculo de sus propios mitos aunque, como en el caso de Marilyn, se tratara de hacer leyenda a costa de un martirio cuyo verdugo era la propia industria. Will Rogers jr. interpretó, al lado de Eddy Cantor, la figura de su padre. Betty Hutton hizo la mímesis de Pearl White en Los peligros de Paulina. James Cagney reprodujo la versatilidad facial de Lon Chaney en El hombre de las mil caras. Donald O'Connor se atrevió a revivir la peripecia de Buster Keaton, cuando el pobre Pamplinas todavía no estaba de cuerpo presente y daba el sí a humildes ...

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Hollywood y Broadway cultivaron el espectáculo de sus propios mitos aunque, como en el caso de Marilyn, se tratara de hacer leyenda a costa de un martirio cuyo verdugo era la propia industria. Will Rogers jr. interpretó, al lado de Eddy Cantor, la figura de su padre. Betty Hutton hizo la mímesis de Pearl White en Los peligros de Paulina. James Cagney reprodujo la versatilidad facial de Lon Chaney en El hombre de las mil caras. Donald O'Connor se atrevió a revivir la peripecia de Buster Keaton, cuando el pobre Pamplinas todavía no estaba de cuerpo presente y daba el sí a humildes encargos alimenticios.

El capítulo canoro

Errol Flynn fue John Barrymore en la pantalla grande y Ray Danton no pudo consagrar su apellido a pesar de haber interpretado la vida de George Raft. Carol Lynley y Carroll Baker son dos de las sosias que Jean Harlow tuvo en el cine. Las crines rubias, sin embargo, no fueron un argumento de convicción suficiente. Anthony Dexter bailó los tangos que en su día dibujó, aparentemente apasionado, Valentino. Kim Novak revivió la figura de Jeanne Eagels....En el terreno de lo canoro, Kathryn Grayson intentó llegar a los jilguerazos de Grace. Moore, la mismísima Doris Day se puso ante una orquesta como si fuera Ruth Etting y, a lo que íbamos, Susan Hayward, en Mañana lloraré, rememoró la ajetreada'peripecia de Lilian Roth. Las bíograrias etílicas tuvieron, desde siempre, una oportunidad en Hollywood.

Una figura como Scott Fitzgerald tuvo su supuesta biografía cinematográfica no porque fuera un gran escritor sino porque consumía güisqui y tuvo un romance episódico con una columnista. Y si la Metro se acordó de Lillian Roth, la Warner replicó con la biografía, igualmente espirituosa, de Helen Morgan.

La exactitud de los guionistas a la hora de contar qué fue de Lillian Roth no fue excesiva. De sus cinco maridos, en la película de esta noche tan sólo aparecen tres y si el moralista Hollywood se decidió a contar su vida fue porque ésta tiene un final ejemplar en la liga de los Alcohólicos Anónimos.

Roth, que fue una niña prodigio, intervino en algunos filmes como Sopa de ganso y El desfile del amor. Tras una crisis sentimental, bañada en bebidas fuertes, recuperó su popularidad de antaño tras una intervención catártica en un programa de la televisión norteamericana, Ésta es su vida.

Tras el filme que aparenta contar su vida, la propia interesada grabó los temas que en la película parece que canta Susan Hayward. El filme está dirigido por Daniel Mann, cumplidor con los encargos, aunque no le pusiera voluntad.

Mañana lloraré se emite hoy a las 22.30 horas por la segunda cadena.

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