La Real, por primera vez semifinalista de la Copa de Europa

ENVIADO ESPECIAL, La Real logró el objetivo más preciado que tenía marcado para esta temporada, en la que ha perdido comba en el campeonato de Liga. El gol encajado a un minuto del final en Lisboa no fue obstáculo para que el conjunto donostiarra se impusiera: con claridad a un Spórting de Lisboa que únicamente asomó las garras de los leones verdes -como se conoce a los jugadores del estadio de Alvalade- cuando se vió con la eliminatoria en contra. Entre un equipo que quería ganar y uno que solamente pretendía no perder, se impuso la justicia del lado de quien más esfuerzo hizo y quien ...

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ENVIADO ESPECIAL, La Real logró el objetivo más preciado que tenía marcado para esta temporada, en la que ha perdido comba en el campeonato de Liga. El gol encajado a un minuto del final en Lisboa no fue obstáculo para que el conjunto donostiarra se impusiera: con claridad a un Spórting de Lisboa que únicamente asomó las garras de los leones verdes -como se conoce a los jugadores del estadio de Alvalade- cuando se vió con la eliminatoria en contra. Entre un equipo que quería ganar y uno que solamente pretendía no perder, se impuso la justicia del lado de quien más esfuerzo hizo y quien más espectáculo proporcionó a los espectadores.La Real finalizó el curso de los cuartos de final de. la Copa de Europa con una lección magistral a cargo del profesor Ignacio Cortabarría, doctor honoris causa de Atocha. El líbero, invento que sería perseguible de oficio si no fuera por maestros como el guipuzcoano, fue el tema desarrollado sobre el césped del vetusto campo donostiarra. Se supone que los diez restantes jugadores de la Real tomaron apuntes del tema. El equipo txuri urdiñ venció al Spórting lisboeta por la serenidad del veterano defensa y la resurrección de Zamora, con quien hay que comenzar a contar de nuevo.

El césped de Atocha, a causa de la lluvia, no estuvo para filigranas Mejor para quien solo pretendía destruir, el Spórting, que para quien necesitaba ganar, La Real Contrariamente a lo que señala la tradición, el equipo donostiarra no juega ahora con ventaja sobre el terreno blando. En el momento actual, salvo los veteranos, el con junto más bien parece de secano La Real, para ponerse en ventaja además de suplir sus propias deficiencias tuvo que enfrentarse al contumaz sistema del fuera de juego de los lisboetas. La Real, para conseguir el pase a las semifinales, tuvo que contar con un despegue realmente inesperado cuando los momentos iniciales todo hace predecir que estábamos en puertas de un empate a cero.

El Spórting colocó dos barreras escalonadas de cuatro hombres que hicieron imposible durante los primeros minutos el acceso al área de Meszaros. Hasta el minuto 25 no llegó el primer disparo a puerta. El Spórting, eminentemente conservador, únicamente- se asomó a los dominios de Arconada durante todo el primer tiempo, con dos tiros desde muy lejos y encima desviadísimos.

La Real tardó en imponerse el tiempo que necesitó para obtener el primer gol. El Spórting, ante la necesidad de marcar, intentó estirarse un poco más. Fue entonces cuando la Real cobró más ventaja y se asentó sobre el césped con mayor cohesión y eficiencia.

Zamora entró en juego a medida que. fueron avanzando los minutos. Su saber estar, su visión, sus buenos pases e incluso su velocidad convirtieron a la Real en un equipo que recordó al que logró dos títulos de Liga. Al equipo guipuzcoano únicamente le faltó fortuna para redondear el resultado. En los minutos iniciales del segundo período, cuando sorprendió por intuición y rapidez al Sporting, tuvo varias ocasiones pintiparadas para marcar.

Bakero en una de ellas burló incluso a Meszaros y a puerta vacía disparó fuera del marco. En su descargo, hay que anotar que en el momento de chutar estaba perdiendo el equilibrio.

La Real no satisfizo a los suyos mientras se embarulló con pases laterales en el centro del campo. En estos minutos, si bien resultó estimable la labor de Murillo para anular a Oliveira, se dejó sentir la falta de un lateral que subiera por la banda para apoyar a los delanteros que fisicamente era muy inferiores a los zagueros contrarios. Ormaechea prefirió el sacrificio inicial a la alegría en el juego. El entrenador donostiarra jugó a nadar y guardar la ropa.

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