Primera división: el Barcelona sigue de líder

Apuros del Celta ante el Rácing

Hubo dos protagonistas en el Celta-Rácing de ayer: el frío y el árbitro. El primero era poco menos que inevitable. El segundo, el señor Franco Martínez, se convirtió en actor principal por voluntad propia. Futbolísticamente, el partido fue malo y sin historia.En principio el Rácing parecía un bomboncito, y la verdad es que si su juego habitual es el que ofreció ayer -lento y sin técnica alguna-, es explicable que aún no haya puntuado fuera de casa. A los ocho minutos el Celta ya iba por delante en el marcador. El equipo de casa atacaba, sin profundidad, el Santander contraatacaba con infantili...

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Hubo dos protagonistas en el Celta-Rácing de ayer: el frío y el árbitro. El primero era poco menos que inevitable. El segundo, el señor Franco Martínez, se convirtió en actor principal por voluntad propia. Futbolísticamente, el partido fue malo y sin historia.En principio el Rácing parecía un bomboncito, y la verdad es que si su juego habitual es el que ofreció ayer -lento y sin técnica alguna-, es explicable que aún no haya puntuado fuera de casa. A los ocho minutos el Celta ya iba por delante en el marcador. El equipo de casa atacaba, sin profundidad, el Santander contraatacaba con infantilismo y el público lo pasaba bien. Pero a partir del minuto 30, el colegiado se empeñó en ser el protagonista.

En la segunda parte, el Celta se dejó dominar por aquello de cumplir con la inferioridad numérica. El partido cobró para el equipo de casa aires de heroicidad ayudado, por un público volcado con la injusticia. El Rácing se estiró y probó fortuna con varios disparos desde fuera del área, pero sin éxito.

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