Primera división: el Barcelona sigue de líder

El Zaragoza dominó al Osasuna sobre la nieve

A Señor los seguidores zaragozistas en El Sadar le perdonaron anoche el penaltí que falló contra el Osasuna. Y es que Señor realizó, valga la redundancia, un señor partido. Jugó cuanto quiso y dió todo un recital de cómo se juega al fútbol con y sin balón. El pequeño jugador zaragocista cortaba el juego, distribuía balones en excelentes condiciones y encima se permitía el lujo de tirar desde cualquier ángulo. Por eso, no es de extrañar que cuando tiró mal el penalti, que precisamente le habían realizado a él, los seguidores aragoneses le perdonasen este error y acto seguido coreasen su ...

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A Señor los seguidores zaragozistas en El Sadar le perdonaron anoche el penaltí que falló contra el Osasuna. Y es que Señor realizó, valga la redundancia, un señor partido. Jugó cuanto quiso y dió todo un recital de cómo se juega al fútbol con y sin balón. El pequeño jugador zaragocista cortaba el juego, distribuía balones en excelentes condiciones y encima se permitía el lujo de tirar desde cualquier ángulo. Por eso, no es de extrañar que cuando tiró mal el penalti, que precisamente le habían realizado a él, los seguidores aragoneses le perdonasen este error y acto seguido coreasen su nombre.Señor fue el motor del Real Zaragoza ante un Osasuna carente de ideas y de esquema de juego que, sin duda, realizó anoche el peor partido de esta temporada en su campo. Consecuentemente con ello enfila ya claramente el camino de la Segunda División con ocho negativos en su haber. Por contra, el Zaragoza fue el mejor conjunto de cuantos han pasado esta Liga por El Sadar. Un Zaragoza que jugó con el equipo pamplonica como el gato con el ratón.

Desde que comenzó el partido ya se puso en evidencia la inoperancia del Osasuna. El Real Zaragoza, por mediación de Señor, muy bien arropado por Barbas, se imponía claramente en el centro de¡ campo desde donde lanzaban rápidos contragolpes. Con todo, el conjunto aragonés no conseguiría marcar en este primer período, en el que Amarilla desaprovechó dos claras ocasiones de gol.

En la reanudación se adelantó pronto el Zaragoza, pero enseguida Echeverría, aprovechando el único despiste de la zaga visitante, marcó el tanto del empate. No podía quedar así el marcador y Señor lograría el tanto que habría de ser a la postre el de la victoria para su equipo. Con este gol se hacía justicia, habida cuenta de los méritos de uno y otro conjunto. Y, a partir de ese momento, sólo existió ya un equipo sobre el terreno de juego: el Zaragoza era dueño de todo el campo. Las oportunidades de marcar para el equipo visitante se sucedieron, pero el cancerbero osasunista se mostró muy seguro.

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