Caza

El negocio de los puestos, una responsabilidad del Icona

Los precios alcanzados por las monterías -325.000 pesetas por un puesto- y el resultado de las mismas -a veces no se ve ningún venado- ha supuesto que las quejas de los monteros se generalicen. Las organizaciones, que tienen en las monterías un negocio, no suelen garantizar los resultados. De estas presuntas estafas no puede eludir responsabilidades el Icona, ya que este organismo tiene la obligación de velar por la riqueza cinegética de los cotos y ésta es, en ocasiones, nula.La montería es una modalidad de caza poco deportiva. Los cazadores se esconden en puestos y éstos rodean la ...

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Los precios alcanzados por las monterías -325.000 pesetas por un puesto- y el resultado de las mismas -a veces no se ve ningún venado- ha supuesto que las quejas de los monteros se generalicen. Las organizaciones, que tienen en las monterías un negocio, no suelen garantizar los resultados. De estas presuntas estafas no puede eludir responsabilidades el Icona, ya que este organismo tiene la obligación de velar por la riqueza cinegética de los cotos y ésta es, en ocasiones, nula.La montería es una modalidad de caza poco deportiva. Los cazadores se esconden en puestos y éstos rodean la mancha -terreno donde se caza- para evitar que los venados, en su huída al ser perseguidos por los rehalas, puedan escaparse. Los cotos suelen ser propiedad de organizaciones que explotan la caza comercialmente. El precio al que venden los puestos es libre y no siempre en las monterías más caras se cobra mayor cantidad de venados.

Pero lo normal es que con las disculpas -las rehalas actuaron mal, los venados buscaron otras querencias- se pretendan liberar de toda responsabilidad las organizaciones. El cazador no puede presentar denuncia por cuanto no se le garantizó nada, tampoco puede tomar ninguna medida que se volviese contra él -ya hubo intentos de linchamiento-. Sólo hay un organismo que le puede defender, el Icona, que es a quien paga su licencia y quien tiene la obligación, por ley, de preocuparse porque en los cotos haya caza. La concesión de los mismos las realiza para cuidar y enriquecer la fauna cinegética. La falta de control ocasiona que en los cotos no sólo se llegue a una disnúnución de las especies por la caza incontrol:ada, sino que se genere un comercio, calificado por algunos monteros como de estafa, cuando los puestos se venden a elevados precios y luego no hay caza.

En las monterías se oferta, además, un número de puestos que no está acorde con el número de venados que se puede matar. Todos tienen el mismo precio -por lo general, desde 30.000 a 200.00 pesetas-. Lo normal es que resulte excesivo el número de los mismos y que los mejores correspondan a los dueños de los cotos.

El Icona es el único organismo que puede velar por los intereses de los cazadores en este sentido. Pero no se escapa- de las críticas porque también organiza monterías. El precio al que vende los puestos -10.000 pesetas- no impide que pueda pensarse en el negocio que genera el comercio de las reses muertas, ya que la carne es propiedad del organizador de la montería -el cazador sólo se lleva el trofeo- y el kilo de venado se vende a los exportadores -casi toda la carne va al mercado alemán- a trescientas pesetas el kilo.

Gran parte de los venados con que se repueblan los cotos particulares proceden del Icona. Vende cada ejemplar a 18.000 pesetas. Montes de su propiedad están vacíos de caza cuando las demandas para los permisos de rececho superan a la oferta. La adjudicación de estos permisos es por sorteo y quedan excluidos, por tanto, los privilegios que se pueden permitir las clases acomodadas.

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