Crítica

Documental militante

En los cineclubes de los tiempos de la resistencia al franquismo, el hecho de proyectar un filme no era motivo claro para hablar de cine, sino una excusa para hablar del tema que proponía la película. La clave también usa el cine como mera ilustración, más o menos acertada, del tema a debatir, y en su caso es más lógico porque no se trata de un espacio cinematográfico.La película de esta noche habría sido de aquellas que, como La hora de los hornos, habría hecho las delicias de los cineclubes engagées. La batalla de Chile es un largo documental, del que hoy se proyecta la ...

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En los cineclubes de los tiempos de la resistencia al franquismo, el hecho de proyectar un filme no era motivo claro para hablar de cine, sino una excusa para hablar del tema que proponía la película. La clave también usa el cine como mera ilustración, más o menos acertada, del tema a debatir, y en su caso es más lógico porque no se trata de un espacio cinematográfico.La película de esta noche habría sido de aquellas que, como La hora de los hornos, habría hecho las delicias de los cineclubes engagées. La batalla de Chile es un largo documental, del que hoy se proyecta la primera parte, sobre la insurrección de la burguesía contra el Gobierno socialista de Salvador Allende.

Relaciones entre el cine y la historia

Guzmán había trabajado con Miguel Littin en la productora Chile Films, donde fue director del taller de cine documental. Guzmán estudió en la fenecida Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid.En La batalla de Chile contó con colaboraciones cualificadas, como la de Julio García Espinosa, la del Instituto de Cine Cubano; Marta Hanecker, con una, importante tarea en la manualística marxista, y Chris Marker, uno de los hombres que mejor ha sabido superar las estrecheces conceptuales que van asociadas a la idea del cine documental. Las relaciones entre el cine y la historia han sido tema de una abundante bibliografía y siempre queda por resolver si el componente espectáculo del cine permite la ciencia historiográfica, si la verosimilitud que impone la pantalla grande puede permitir esconder la falsedad de los análisis.

En este caso estamos ante un documental que quiere negarse como artificio, que se limita a filmar hechos acaecidos en los últimos meses del Gobierno constitucional chileno.

Las imágenes funcionan como refrendo del discurso del narrador. Un discurso que molestará merecidamente a los demócratas cristianos chilenos. El debate no está tanto en la imagen, sino en el verbo.

La batalla de Chile, primera parte, se emite hoy, a las 20.00 horas por la segunda cadena.

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