Los campos del Valencia y del Osasuna no serán clausurados

Los campos del Valencia y del Osasuna se asegura que no serán clausurados por los incidentes que se produjeron en los mismos, el pasado domingo, al no estar apercibidos de cierre. El campo del Cádiz, por su parte, puede ser el único campo que llegue a clausurar el Comité de Competición de los que registraron ciertas incidencias en la jornada del pasado domingo, en Primera y Segunda División. Existen además ciertas dudas sobre el cierre del campo gaditano, ya que tampoco está apercibido de cierre.Los campos del Valencia y del Osasuna no están apercibidos de cierre, circunstancia que será decisi...

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Los campos del Valencia y del Osasuna se asegura que no serán clausurados por los incidentes que se produjeron en los mismos, el pasado domingo, al no estar apercibidos de cierre. El campo del Cádiz, por su parte, puede ser el único campo que llegue a clausurar el Comité de Competición de los que registraron ciertas incidencias en la jornada del pasado domingo, en Primera y Segunda División. Existen además ciertas dudas sobre el cierre del campo gaditano, ya que tampoco está apercibido de cierre.Los campos del Valencia y del Osasuna no están apercibidos de cierre, circunstancia que será decisiva para no ser clausurados por el Comité de Competición. El partido jugado el domingo en Mestalla concluyó un minuto antes del tiempo reglamentarlo por lanzamiento masivo de almohadillas en señal de protesta por el mal juego de su equipo, incidente que no entra dentro de la gravedad necesaria para clausurar su campo, aunque sí para apercibirle de su cierre e imponer al Valencia una fuerte sanción económica. Otro tanto se puede decir del campo del Osasuna, en el que se produjeron lanzamientos de objetos; al terreno de juego en diversas fases del encuentro, así como la presencia de un cerdo, primero, y, después, un pollo, que interrumpieron el partido durante algunos minutos.

Mayor gravedad revistieron los incidentes que se produjeron en el campo del Cádiz. El partido se interrumpió cuando quedaban ocho minutos para su final y no se pudo reanudar después, pese a que se intentó. Hubo lanzamiento masivo de almohadillas y un espectador saltó al terreno de juego. El árbitro del encuentro abandonó el campo protegido por la Policía Nacional.

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