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Antonio Soler,

pintor gallego de 72 años de edad, vive desde hace un cuarto de siglo en una cueva de la localidad navarra de Corella, de forma solitaria y en pleno contacto con la naturaleza, al estilo de los celtas, pueblo del que se considera descendiente, durmió la pasada noche del 30 de noviembre en un hotel de cinco estrellas de Madrid, invitado por el programa de televisión Estudio abierto, con el fin de que contara a los espectadores su peculiar modo de vida. A lo largo de la entrevista afirmó ser muy sociable y que su vida era muy feliz "en armonía y compañía de los árboles, el cielo abierto y...

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pintor gallego de 72 años de edad, vive desde hace un cuarto de siglo en una cueva de la localidad navarra de Corella, de forma solitaria y en pleno contacto con la naturaleza, al estilo de los celtas, pueblo del que se considera descendiente, durmió la pasada noche del 30 de noviembre en un hotel de cinco estrellas de Madrid, invitado por el programa de televisión Estudio abierto, con el fin de que contara a los espectadores su peculiar modo de vida. A lo largo de la entrevista afirmó ser muy sociable y que su vida era muy feliz "en armonía y compañía de los árboles, el cielo abierto y la naturaleza entera. Y no me aburro en absoluto, a pesar de lo que piensa mucha gente".