Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Baturrada

La ciudad no es para mí (1966) fue durante varios años la película más taquillera del cine español. No es extraño, por tanto, que Pedro Masó, Pedro Lazaga y Paco Martínez Soria reincidieran en la temática del cazurro obnubilado por la gran urbe y lo moderno. Este es el caso de El turismo es un gran invento, décima película del tándem Masó-Lazaga. El filme se estrenó en 1968. En esta comedia, el turismo es, simplemente, extranjeros timables y ostentosas rubias con pocos reparos epiteliales. Si a esta imagen reduccionista unimos el tópico del baturro (muy prodigado por el ar...

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La ciudad no es para mí (1966) fue durante varios años la película más taquillera del cine español. No es extraño, por tanto, que Pedro Masó, Pedro Lazaga y Paco Martínez Soria reincidieran en la temática del cazurro obnubilado por la gran urbe y lo moderno. Este es el caso de El turismo es un gran invento, décima película del tándem Masó-Lazaga. El filme se estrenó en 1968. En esta comedia, el turismo es, simplemente, extranjeros timables y ostentosas rubias con pocos reparos epiteliales. Si a esta imagen reduccionista unimos el tópico del baturro (muy prodigado por el aragonés Martínez Soria) ya tenemos los componentes de esta película que no hizo méritos para entrar en ninguna antología: ni en la del humor, ni en la del esperpento ni, tampoco, en la de los horrores del Séptimo Arte.Benito Requejo (Martínez Soria) es el alcalde de un villorrio del Moncayo que intenta que el pueblo se suba al carro nacional del boom turístico. Para tomar nota de como se hace política turística, se va, con el secretario del ayuntamiento, a la costa del sol. Allí conocen a unas esculturales señoritas de un ballet a las que contratan para actuar en las fiestas locales. Hay dos situaciones sucesivas y paralelas: la pareja pueblerina en la costa del sol y las chicas del ballet en el pueblo.

El turismo es un gran invento se emite hoy a las 21

45 por la segunda cadena.

En medio, un viaje a Madrid para conseguir una ayuda ministerial para las ideas de Requejo, que tiene en mente un plan Marshall a escala casera. Sin embargo, la acidez de Berlanga y Bardem no están en el filme.

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