Murió Grace Kelly, princesa de Mónaco y una de las grandes estrellas cinematográficas de Hollywood

La princesa, de soltera Grace Patricia Kelly, de nacionalidad norteamericana, murió rodeada de su esposo y de sus tres hijos, Alberto, Carolina y Estefanía. Un comunicado del palacio de Mónaco diría más tarde: "Su alteza serenísima, la princesa Gracia, ha fallecido esta noche a causa de una hemorragia cerebral y vascular". Otro comunicado, transmitido posteriormente, afíadió que su estado de salud se había agravado durante la noche del 13 al 14 de septiembre, así como durante el día de ayer. "Al llegar la noche toda posibilidad terapeútica estaba descartada", concluía el servicio de Prensa del...

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La princesa, de soltera Grace Patricia Kelly, de nacionalidad norteamericana, murió rodeada de su esposo y de sus tres hijos, Alberto, Carolina y Estefanía. Un comunicado del palacio de Mónaco diría más tarde: "Su alteza serenísima, la princesa Gracia, ha fallecido esta noche a causa de una hemorragia cerebral y vascular". Otro comunicado, transmitido posteriormente, afíadió que su estado de salud se había agravado durante la noche del 13 al 14 de septiembre, así como durante el día de ayer. "Al llegar la noche toda posibilidad terapeútica estaba descartada", concluía el servicio de Prensa del palacio.En el momento del accidente, Gracia de Mónaco viajaba en el automovil al lado de una de sus hijas, Estefanía, de 17 años de edad, que sólo sufrió contusiones leves, frente a las fracturas del fémur derecho, de la clavícula y de varias costillas de la madre. Según la versión oficial, el coche en el que viajaba la princesa, conducido por ella misma, cayó a un barranco de unos cuarenta metros de profundidad, efectuó varias vueltas de campana y quedó sobre el techo. Gracia y su hija quedaron aprisionadas mientras su vehículo ardía. Fueron salvadas por un horticultor, que apagó el incendio con el extintor de su camioneta y la ayuda de un vecino.

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Un portavoz de British Leyland, la empresa que fabricó el coche en el que viajaba Gracia de Mónaco y que en este caso ha mostrado una diligencia muy británica para salvar el honor de la marca y para colaborar en el esclarecimiento de lo que después ha resultado ser un suceso fatal, señaló ayer en Londres, horas antes de conocerse la noticia de la muerte de la princesa, que era prematuro afirmar que el accidente fue causado por un fallo de los frenos del coche.

La compañía inglesa ha enviado apresuradamente a dos técnicos al sur de Francia -frontera con el Principado-, para que revisen los restos insalvables y carbonizados del Rover 3500 de 1972, en el que se produjo el siniestro. Hoy podría estar completado el informe que establezca las causas, mecánicas o humanas, del accidente.

Segunda muerte de una estrella

Esta es la segunda y definitiva muerte de Grace Patricia Kelly, la hermosa hija de un multimillonario norteamericano, que, en la cumbre de su carrera artística, abandonó el cine para dedicarse a su marido, a sus hijos y a las obligaciones derivadas de un principado. Cuantas ofertas tuvo Grace Kelly para volver al cine que dejó a los 26 años de edad y en la cumbre un 18 de abril de 1956, para casarse con Rainiero III de Mónaco, fueron rechazadas una y otra vez por una razón principalísima: porque seguiría interpretando su papel de descendiente de una familia exquisita de Filadelfia, elegantemente educada en las más exigentes costumbres de la nobleza europea. Sin embargo, en ese rostro que parecía haber nacido para reinar, tenían vida películas tan importantes como Sólo ante el peligro, en la que nunca supimos qué nos conmovía más, si la soledad de Gary Cooper o el amor angustiado de la joven protagonista. O Mogambo, aquella otra gran historia en la que las apasionadas miradas y los no menos apasionados besos de la futura princesa y Clark Gable, guía de cazadores, fueron desvirtuados por la censura española, que convirtió la historia en amor y besos entre hermanos.

Ganó Grace el premio Oscar de la Academia de Hollywood, trabajó con los mejores directores y actores de la época, incluidos Hitchcock y el citado Gary Cooper, interpretó innumerables papeles de amor, pero su interpretación más delicada fue la de novia real que ha que pasar, además de por la prueba de buena salud, por otra que acreditase fidedignamente su virginidad y su fe católica. A pesar de todo, cuando la boda con Rainiero ya tenía fecha, fueron muchos los que pensaron que la ex actriz no aguantaría el papel de princesa y regresaría al Hollywood perdido. Se equivocaron: el nuevo papel era para siempre.

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