El niño Alberto Muñagorri paso ayer su primer día 'normal' en casa

Alberto Muñagorri pasó ayer su primer día normal una vez que el domingo por la tarde fuera dado de alta, por los médicos que le han atendido en el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián, donde ha permanecido desde que hace exactamente dos meses y tres días le explotara una bomba colocada por ETA a las puertas de un almacén de Iberduero.

Alberto había dormido "muy bien" su primera noche, en una cama especialmente habilitada para él en la sala de su casa. Antes de dormir, vio en la "tele" a la Real, que estuvo mal, porque jugó mal, no porque perdiera", explicó ayer Alberto a EL PAIS.Y ...

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Alberto Muñagorri pasó ayer su primer día normal una vez que el domingo por la tarde fuera dado de alta, por los médicos que le han atendido en el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián, donde ha permanecido desde que hace exactamente dos meses y tres días le explotara una bomba colocada por ETA a las puertas de un almacén de Iberduero.

Alberto había dormido "muy bien" su primera noche, en una cama especialmente habilitada para él en la sala de su casa. Antes de dormir, vio en la "tele" a la Real, que estuvo mal, porque jugó mal, no porque perdiera", explicó ayer Alberto a EL PAIS.Y si el niño estaba pasando con cierta normalidad su primer día de alta, los padres tuvieron que dedicarlo a lidiar a la Prensa. José Mari Muñagorri, el padre de Alberto, se encontraba muy sensible a la maledicencia popular ante la lógica expectación que ha despertado el regreso de su hijo y quería cortar a rajatabla cualquier acercamiento. La presión ambiental se hacía notar en la familia, que mantenía la decisión de cortar por lo sano esta curiosidad pública que ha despertado el caso de Alberto durante los dos meses del verano, "porque no había más noticias", explicó a EL PAIS, "y ahora que se encuentra en casa vamos a terminar ya".

No había dormido la siesta porque se encontraba a la espera de ver en la televisión Verano azul, "y hoy se muere Chanquete", nos comentó con su ingenua sonrisa. Alberto reconoció que Tito era su personaje preferido y se rio bien a gusto cuando el Tito y el Piraña hicieron de las suyas, por cierto en el escenario de un hospital.

Los amigos inseparables

Sin embargo, sí le acompañaban dos de sus amigos, Imanol y José Javier, que viven enfrente de su casa y han estado todos los días del verano haciéndole compañía. Ibamos en el topo a San Sebastián y desde la estación hacíamos un paseo hasta la Cruz Roja", comentaron. Tienen diez y doce años y han jugado con Alberto siempre, "aunque: no vamos al mismo colegio"."Han sido sus amigos más fieles", comenta la madre de Alberto, todos los días, aun costándoles bastante dinero, han ido a la clínica a ver a mi hijo. Cuando operaron a Alberto y tuve que decirles que no le visitaran en tres días y fue el mayor disgusto que tuvo el crío". Los tres niños, absortos por la tele, se ríen de la película, a carcajadas a veces. Ni los flashes del fotógrafo les distraen de la televisión en los minutos del famoso serial infantil.

Tiene una habitación de la casa especialmente ocupada por los juguetes regalados y no sabe qué va a hacer con ellos. Quizá el que más me ha gustado es la bici de Iberduero, pero todos han sido de especial ilusión. "Me acuerdo de todos los que he recibido y quién me los ha mandado", explicó. Los que le han hecho los de la Real los ha colocado en la pared. "En las reacciones ante nuestra desgracia ha habido de todo", declaró al final la madre de Alberto, 'hemos tenido muchísimas muestras de solidaridad, y otras no tanto. Yo que he sido tan dura ante la desgracia del niño, he soportado peor ausencias y olvidos. El daño moral ha sido, en casos, más fuerte. Ahora que Alberto se está recuperando es cuando veo y sufro más duramente esta realidad".

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