Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Hawks sigue volando

Howard Hawks comenzó a volar en el cine en 1928, con una película sobre los pioneros de la aviación acrobática titulada Por la puerta de los cielos. No hay muchos rastros de ella, parece algo olvidada. Despues llegó La patrulla del amanecer, esta ya inolvidable, en 1930. En 1936, realizó Aguilas heroicas, su tercer vuelo, algo más corto que el anterior y que los siguientes, que fueron la prodigiosa Solo los ángeles tienen alas, en 1939; y la muy interesante Air Force, de 1943. Luego Hawks bajó a la tierra, pero siguió volando.La televisión repone ...

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Howard Hawks comenzó a volar en el cine en 1928, con una película sobre los pioneros de la aviación acrobática titulada Por la puerta de los cielos. No hay muchos rastros de ella, parece algo olvidada. Despues llegó La patrulla del amanecer, esta ya inolvidable, en 1930. En 1936, realizó Aguilas heroicas, su tercer vuelo, algo más corto que el anterior y que los siguientes, que fueron la prodigiosa Solo los ángeles tienen alas, en 1939; y la muy interesante Air Force, de 1943. Luego Hawks bajó a la tierra, pero siguió volando.La televisión repone Aguilas heroicas. Para quienes hayan visto las recientes reposiciones televisivas de sus dos obras maestras sobre la aviación, La patrulla del amanecer y Solo los ángeles tienen alas, este filme se les va a quedar con las alas podadas. No obstante, para quienes se molestan en buscar por debajo de las imágenes, no les será difícil encontrar agradables puntos de conexión entre los tres filmes, que así evidenciarían su sello de procedencia y, por consiguiente, su riqueza íntima. Aguilas heroicas no tiene la talla de sus dos hermanas, pero es de su estirpe. Incluso en sus productos menores, el genio de Hawks asoma, se deja ver.

Hawks fue piloto y amaba este oficio. Pilotó uno de aquellos trastos de caza en la primera guerra mundial y luego, tras el final de esta, encontró un efímero lugar entre los pioneros de la aviación civil. Vivió la intensidad de este trabajo y extrajo de él toda una filosofia del comportamiento, que quedó como sustrato, no solo de estas películas sobre la aviación, sino en buena medida de toda su incomparable obra cinematográfica, una de las más ricas y, personales de la historia del cine.

Nunca Hawks dejó de ver los asuntos a ras de suelo desde la perspectiva del que sabe remontar el vuelo. Nunca nadie expresó mediante imágenes, con tal perfección y hondura, los mecanismos de la libertad humana. Es esa la aguda peculiaridad de su mirada y de su vuelo imaginativo.

En Aguilas heroicas, Hawks vuelve sobre su juego eterno: el encaje, difícil y fragil, entre el individuo y el grupo, que las singularidades del vuelo ponen en carne viva. Volar exige máxima individualidad y máximo sentido del grupo. Dos electrodos de carga contrariase ponen así en contacto y la chispa brota, en forma de tragedia optimista, que convierte a sus oficiantes en hombres superlativos, amargos y eufóricos al mismo tiempo, obligados a ejercer continuamente, sin respiro, en la cresta, su condición humana. Eso es Hawks, y eso está, sin la perfección de otras veces, con una guión más pobre y convencional, en Aguilas heroicas. Aunque solo fuera por eso, merecería verse este filme menor de uno de los nombres mayores del cine de todos los tiempos.

Aguilas heroicas se emite mañana a las 22.00 por la segunda cadena.

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