Ayer, gran triunfo español en el Giro

El pequeño corredor español Vicente Belda confirmó ayer sus dotes de escalador y ganó la décimosexta etapa, Comacchio-San Martino di Castrozza, de 243 kilómetros, una de las más duras de la actual edición del Giro de Italia. Bernard Hinault, no obstante, controló toda la carrera hasta el final, en un puerto de 1.460 metros de altitud, en que se adelantó, primeramente, al grupo de nueve escogidos el italiano Groppo. Después atacó el otro español destacado en la jornada, Faustino Rupérez, tercero en la meta, Mario Beccia, y, finalmente, Belda. Este pasó al noveno lugar de la general.

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El pequeño corredor español Vicente Belda confirmó ayer sus dotes de escalador y ganó la décimosexta etapa, Comacchio-San Martino di Castrozza, de 243 kilómetros, una de las más duras de la actual edición del Giro de Italia. Bernard Hinault, no obstante, controló toda la carrera hasta el final, en un puerto de 1.460 metros de altitud, en que se adelantó, primeramente, al grupo de nueve escogidos el italiano Groppo. Después atacó el otro español destacado en la jornada, Faustino Rupérez, tercero en la meta, Mario Beccia, y, finalmente, Belda. Este pasó al noveno lugar de la general.

El corredor del Kelme logró así el primer triunfo español en la carrera y también su primera gran victoria fuera de España. En la última Vuelta fue de los positivos en el control antidoping de la etapa que finalizó en el puerto de Navacerrada, por lo que fue sancionado con la pérdida de diez minutos en la clasificación general.Todo el recorrido de la etapa de ayer fue controlado por Hinault, la maglia rosa, que cada vez se confirma más como autentico vencedor, bien arropado por sus compañeros de equipo, el Renault. Dos de sus rivales, el sueco Prim y el italiano Saronni, perdieron ayer casi dos minutos y medio el primero y más el segundo.

Sólo Contini, descartado Moser por sus limitaciones como escalador, aunque en la jornada montañosa se portó magníficamente, resiste al gran favorito francés.

Saronni sufrió un gran número de pinchazos, seis, al parecer, debido al mal estado en que se encontraba la carretera, sobre todo en el descenso del Monte Grappa, dificultad de 1.480 metros, pasada la mitad del recorrido.

Estas deficiencias del piso fue ron duramente criticadas por el mismo Hinault al final de la etapa, acusando a la organización del Giro. "No se puede hacer pasar una carrera como el Giro por carreteras imposibles", protestó el líder, apoyado por Prim. La organizacion contestó diciendo que la historia del ciclismo se había escrito en carreretas así "y aún más peligrosas".

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